domingo, 20 de agosto de 2006

F de fetos

¡Esta música es maravillosa!

No es una voz inglesa

Después de todo...

Algunas culturas han sido eliminadas

Nada de Billie Holiday o Black Uhuru

Tendremos que ver qué se puede hacer

Más información:
Vídeos:
  • Martha & The Vandellas - "Dancing In The Streets"


Estoy escuchando:
Pulp - "Lipgloss"

martes, 15 de agosto de 2006

Amigos de Kurt (II): los Meat Puppets

Vaya pintas

¿Quiénes son?

Uno de los grupos más ilustres del underground americano de los ochenta. Tres hombres (los hermanos Curt y Cris Kirtwood y el batería Derrick Bostrom) y un destino: retomar todo tipo de géneros pasados de moda, desde el country y el rock sureño hasta el heavy metal, desde una óptica surrealista. Y no es casualidad que en buena parte de las portadas de sus discos aparezcan dibujos llenos de colorido; en el mejor de los casos, esta música tendría su equivalente visual en unos entusiastas garabatos infantiles ensamblados hasta dar forma a un mosaico barroco.

¿Cuál fue su relación con Nirvana?

Los Puppets tuvieron la suerte de ser uno de los poquísimos grupos de su generación que seguían en activo cuando llegó el auge del grunge. Ellos nunca encajaron en ningún lado, pero por lo menos en esta época pasaron a disfrutar de un contrato discográfico decente, e incluso de algún éxito radiofónico, como "Backwater". Para entonces ya habían ejercido de teloneros en la gira de presentación del tercer álbum de Kurt Cobain y compañía, In Utero (1993). Pero lo que casi lanza a los hermanos Kirtwood al estrellato (lástima que no fueran suficientemente fotogénicos) fue su aparición como invitados en el concierto acústico para la MTV de Nirvana, en el cual tocaron tres temas de su segundo LP con Kurt como cantante. Se ve que al rubiales debían caerle bastante bien.

¿Su mejor disco?

Meat Puppets II (1984) es un gran trabajo, y contiene los temas favoritos de Cobain, pero yo me decanto por Up On The Sun (1985), un precioso e incongruente ejercicio de plácida psicodelia pop ejecutada con un alto grado de virtuosismo instrumental. De Arizona tenían que ser.

Más información:
  • Kirkwood brothers reuniting in Meat Puppets - Últimas noticias: los Kirkwood se reconcilian por enésima vez para sacar un nuevo álbum

  • Meat Puppets - El sitio oficial, mantenido por Derrick Bostrom

  • Paradise: the land of Meat Puppets - Esta web ofrece numerosos artículos y fotografías

  • The SST Records story - Impresionante artículo en tres partes sobre la discográfica independiente en la que los Meat Puppets pasaron sus mejores años. Este sello, fundado por el guitarrista Greg Grinn, llegó a aglutinar a lo más florido del rock alternativo estadounidense, desde Hüsker Dü y los Minutemen hasta Dinosaur Jr. y Sonic Youth

Temas relacionados:
Vídeos:
  • "Backwater" - Un videoclip curioso


Estoy escuchando:
Jeff Mills - "Fly Guy"

lunes, 14 de agosto de 2006

Amigos de Kurt (I): introducción

¿Les suena?No pienso ni por un momento entrar a valorar los méritos musicales del último gran mártir del rock. Sus canciones están bien, pero lo que más me llama la atención de Kurt Cobain es el honroso interés que mostró en vida por promocionar a su intérpretes favoritos, en su mayoría una serie de perfectos desconocidos que sobrevivieron durante las vacas flacas de los ochenta en diminutas discográficas americanas independientes. Si algo tenía el líder de Nirvana, era un gusto impecable para la música ajena: por sus camisetas, declaraciones y versiones en caras B, se sabe que era seguidor de Sonic Youth, los Pixies y Neil Young, pero también de Os Mutantes y del cantautor marginal Daniel Johnston.

Quizá Kurt pensaba en el fondo que la fama no siempre le llega a los mejores, y esta actitud era su forma de compensar un poquito la balanza. Sea como sea, se me ha ocurrido dar un repaso a la lista de nombres, algunos más obvios que otros, que le influyeron. Ya adelanto que habrá bastantes sorpresas.

Estoy escuchando:
Nina Hagen - "Wir Leben Immer Noch"

El post-metal en tres sencillos pasos

Incluso entre personas tolerantes, la reacción ante el término "heavy metal" suele ser más o menos como sigue: una mueca de disgusto sacude los labios al tiempo que acuden a la mente desagradables imágenes de jóvenes de pelos engominados que sueltan alaridos en una mazmorra o algo así.

Esta entrada, sin embargo, versa sobre el post-metal, su rama más experimental y vanguardista. El origen de esta deformación podría localizarse en los primeros trabajos de Metallica. Su forma de entender el género, sin concesiones al efectismo ni a las baladas de estadio, tardó algo en calar. Pero a comienzos de los noventa multitud de grupos empezaron a asimilar influencias varias, como el rock progresivo y la música industrial; se abrió así una tercera vía, junto a los estilos comerciales (el hair metal, que sería sustituido por el grunge y el nu metal) y el puro machaconeo a la velocidad de la luz del trash, el grindcore y similares.

Delimitar la esencia del post-metal es complicado: ya digo que durante la pasada década fueron muchas las bandas (algunas tan interesantes como Type 0 Negative, Fear Factory o Neurosis) que con sus esfuerzos consiguieron que la credibilidad artística del rock pesado subiera muchos enteros, y salvo el ansia de renovación, poco tienen en común. Sería imposible mencionarlas a todas, así que me conformaré con comentar tres discos que permiten hacerse una idea de la variedad de propuestas que hoy día ofrece el género.

Earth - 2 (1993)

De otro planetaUna idea simple, y tan revolucionaria. En décadas anteriores, a casi nadie se le había ocurrido explorar de manera sistemática las posibilidades instrumentales del heavy metal. El grupo del guitarrista Dylan Carlson llevó a comienzos de los noventa esa premisa hasta el extremo, y dio con una combinación a priori improbable: el metal ambiental, lo que ahora se conoce como drone metal, o metal a base de murmullos. Este álbum consiste en setenta minutos de agónicos fraseos de guitarra (con el único acompañamiento de un bajo eléctrico), inconfundiblemente metálicos pero sacados de contexto: en vez de frenéticos o agresivos, Earth suenan meditativos, como si Tony Iommi hubiera encendido el equipo de grabación en pleno trance lisérgico tras mandar a paseo al resto de los miembros de Black Sabbath. El resultado es un heavy metal a cámara lenta que en la actualidad siguen al pie de la letra formaciones como Sunn 0))) o los japoneses Boris.

Today Is The Day - Sadness Will Prevail (2002)

Lo triste permaneceToday Is The Day se especializan en un tipo de música psicológica y afilada, y han desarrollado durante más de diez años una carrera tan interesante como impredecible. Su líder Steve Austin es, además de un admirador de King Crimson y Black Sabbath, uno de los compositores más versátiles del heavy metal moderno. Y menos mal, porque de lo contrario, las más de dos horas de duración de Sadness Will Prevail, penúltimo álbum del grupo hasta la fecha, serían insoportables por completo. En vez de eso, este mamotreto constituye una verdadera biblia del post-metal, en el que los tonos increíblemente sucios de la guitarra conviven con toques de violín y piano, voces distorsionadas y toda clase de perversiones sonoras. Los necesarios aunque escasos momentos de tregua se esparcen entre las piezas instrumentales, que ocupan la mayor parte del segundo CD. Se trata además de un disco bastante personal: "Death Requiem" es el particular "My Way" de Austin, aunque no creo que jamás lo vayamos a escuchar en un ascensor.

Orthrelm - OV (2005)

La oveja y el cavernícolaLas canciones de duración normal no se hicieron para este dúo de guitarra y batería. Así, si hace unos años metieron en un EP ¡99 en 13 minutos!, con OV se han lanzado a componer una pieza de 45 minutos marcada por el minimalismo. Lo cual quiere decir que es muy, muy repetitiva. Los detractores de este álbum dicen cosas como "menudo bodrio, la guitarra repite las mismas tres notas durante diecisiete minutos". Y bueno, esa es una forma de verlo. A esas alturas, yo ya me he perdido en este torbellino de virtuosismo, tan absurdo que adquiere un nuevo grado de trascendencia. Mick Barr tortura los registros más agudos de su guitarra hasta que la vertiginosa sucesión de notas resuena en los oídos como un coro de gaviotas asesinas. Toda una prueba maratoniana de resistencia física y mental: si, como da la sensación, los chicos de Orthrelm grabaron este disco de una tacada, debieron de caer rendidos justo después.

Ni que decir tiene que no es recomendable adentrarse por estos caminos inhóspitos sin haber asimilado antes por lo menos el grueso de la discografía clásica de Black Sabbath, Deep Purple y Led Zeppelin. Avisados están.

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Estoy escuchando:
Djam Karet - "Night Of The Mexican Goat Sucker"

Los móviles son los nuevos mecheros

¿He sido yo?

¡Para que luego digan! Este fin de semana estuve en Tenerife, y fui a ver a la estrella de R&B inglesa Craig David, que dio en el municipio de Candelaria el último concierto de su gira mundial de presentación de su tercer álbum, The Story Goes... (2005). Un repaso rápido a las cifras del dossier de prensa dan muestra de lo que fue aquello: 12 músicos acompañantes, un sistema de iluminación de 180.000 vatios, un campo de fútbol por escenario, con un aforo de 10.000 personas (casi lleno), etc.

Por supuesto, semejante despliegue tiene poco o nada que ver con la música en sí, pero esta vez no me voy a poner demasiado exigente. Craig David ofreció una buena actuación, arrancó los correspondientes suspiros a las adolescentes de las primeras filas (sobre todo cuando pronunció tres tórridas frases en castellano), y entretuvo a los demás asistentes con sus canciones, melódicas, bailables y moderadas. La banda, muy correcta, pudo incluso mantener la excitación del público durante los breves momentos en que la estrella abandonó la escena.

David cantó sus temas supuestamente más célebres (entre ellos, los pegadizos "Walking Away" y "What's Your Flava?"), y se marcó en el bis una balada con acompañamiento de piano que me hizo recordar a Marvin Gaye en su vertiente más sensual. Su voz tiene un registro bastante más limitado, pero el chaval se defiende.

La anécdota de la noche la protagonizaron los teloneros, una numerosa agrupación de cantantes e instrumentistas que se despidió al ritmo del riff de "Seven Nation Army", de los White Stripes. Un poco fuera de lugar, pero me hizo gracia.

Vídeos:
  • "Walking Away"


Estoy escuchando
Mojave 3 - "Bringin' Me Home"

domingo, 6 de agosto de 2006

El futuro está en las tijeras

La violinista - obra del pintor cubano Carlos GuzmánAdmitamos como hipótesis de trabajo que la composición musical consiste, en parte, en explorar las posibilidades de cada instrumento. De esto sabían mucho los clásicos, que necesitaban conocer, por ejemplo, los mecanismos de funcionamiento de las partes integrantes de una orquesta: de qué formas puede un violín articular una frase melódica, o los ciclos de respiración de los intérpretes de la sección de viento. Y por supuesto, el órgano, el contrabajo, el saxofón, todos tienen una sonoridad determinada.

De tales condicionantes técnicos y "de carácter" se deduce entonces que la aparición de un nuevo instrumento puede abrir horizontes, e incluso dar lugar a nuevos estilos: la guitarra eléctrica tuvo mucho que ver con el surgimiento del rock & roll en los años cincuenta, a pesar de que algunas de sus primeras estrellas fueran pianistas, como Little Richard y Jerry Lee Lewis.

A finales de los sesenta, una nueva revolución prometía poner a disposición del artista en un solo aparato toda la paleta de sonidos musicales conocidos, y muchos inéditos hasta entonces. El teclado Moog y el mellotron dieron paso al sintetizador, y la música electrónica abandonó los laboratorios acústicos y llegó al ámbito popular. Sin embargo, su uso masivo reveló graves limitaciones: en manos de mentes poco imaginativas, este instrumento ofrecía imitaciones pobres y sin matices, que fueron la base del aberrante "sonido de los ochenta" de Modern Talking y compañía.

Si he hecho este pequeño recorrido es porque quería señalar que una de las vías más interesantes que veo en la música de comienzos del siglo XXI es la composición a través de samples. Ya expliqué en qué consisten hace unos meses en una entrada sobre hip-hop titulada DJs, MCs, R2-D2. Pues bien, esta herramienta (manejada ahora por ordenador, al igual que las nuevas cajas de ritmos) la utilizan también artistas electrónicos como Squarepusher, Spring Heel Jack o The Books. De esta forma consiguen asimilar lenguajes en principio poco compatibles con el suyo, como los del jazz o el folk. Estamos hablando de una forma de hacer música en la que conviven muestras tratadas hasta lo irreconocible (propios y ajenos, de instrumentos, de voces, de toda clase de sonidos), y que a menudo se sirve de los retorcidísimos ritmos del drum and bass.

Amon TobinPero quizá las dos figuras que mejor están explotando este nuevo género aún por definir sean DJ Shadow y Amon Tobin. Su música es electrónica en el proceso, no en el resultado. Discos como Endtroducing... (1996) y canciones como "The Nasty" demuestran lo que se puede conseguir por esta vía, cuyos únicos límites residen en la destreza y la inventiva de cada cual.

Frank Zappa decía que de las orquestas le encantaba el sonido y odiaba a los músicos. En la actualidad, la tecnología pone a nuestra disposición una agrupación virtual de instrumentos, con una variedad infinita y capaz de ejecutar las partituras más complicadas sin quejarse ni pedir vacaciones. La pregunta es, ¿a qué esperan los compositores del presente para familiarizarse con estos métodos?

Más información:
  • Mellotrons, Chamberlins and their sounds - Información sobre este curioso instrumento empleado por numerosos grupos de los sesenta y los setenta para sustituir el sonido de una sección de violines (hay por ahí una lista de los álbumes en los que aparece)
  • Sampling - Artículo de la Wikipedia
Temas relacionados:
Estoy escuchando:
Spring Heel Jack - "Suspensions"

sábado, 5 de agosto de 2006

Se va el amor

Primero Syd Barrett, y ahora Arthur Lee, líder del grupo californiano Love. Este no parece ser un buen año para los supervivientes de la psicodelia de los sesenta.

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