miércoles, 30 de noviembre de 2005

Lo mejor, ¿lo que más vende?

Me refiero al tema de los recopilatorios, que se pone de actualidad siempre que se aproximan las fiestas navideñas. Suelen ser baratos, aprovechan toda la capacidad de un CD y seguro que tienen esa canción que tanto suena en la radio. Para alguien que se compre cuatro discos al año, la decisión parece bastante clara. Pero también aquí le pueden estafar a uno, de modo que lo mejor es informarse. Veamos algunos tipos de recopilatorios especialmente nefastos:

  • Los incompletos: no tiene perdón que el All The Best! de Paul McCartney obviara "Maybe I'm Amazed", su mejor tema en solitario, por mucho que no se haya editado como sencillo.

  • Los redundantes: aplicables sobre todo a grupos con escaso repertorio. Valga de ejemplo The Best Of Big Star, que incluye 14 canciones sacadas de los dos primeros álbumes del grupo, ¡disponibles en su totalidad en un solo compacto! Y no digamos ya cuando de un mismo músico se sacan veinte recopilatorios prácticamente iguales entre sí.

  • Los engañosos: un título como The Best Of Ray Charles carece de sentido si el disco en cuestión se centra en su producción de jazz instrumental, ni de lejos la más importante o representativa del conjunto.

  • Los regrabados: comunes en estrellas del primer rock 'n' roll, tales como Chuck Berry y Roy Orbison. Orbison todavía tenía excusa, porque sus grabaciones originales no estaban en circulación, pero normalmente el único criterio que rige es el monetario. Mención especial para las reinvenciones, normalmente muy poco afortunadas: aún siento escalofríos cuando recuerdo la vez que me compré un disco de John Martyn titulado algo así como Solid Air... Revisited. Pensaba, inocente de mí, que sería una reedición de su álbum de 1973, Solid Air. ¡Y no! Aquello eran nuevas versiones de sus temas folk transformados en abominaciones de pop bailable dignas de Phil Collins. Aterrador, ¿eh?

Por supuesto, son muchos los casos en los que los recopilatorios resultan útiles y hasta imprescindibles (The Police son un caso paradigmático), sobre todo cuando queremos conocer por encima un género muy específico y poco accesible, como puede ser el rock de garaje sesentero. Entonces una caja como Nuggets, que recoja una o varias canciones de los artistas más destacados, es de compra obligada. Luego igual acabas buscando hasta debajo de las piedras el debut de los 13th Floor Elevators, pero es lo que tiene.

sábado, 26 de noviembre de 2005

Electrónica por el morro

Si les apetece bajarse algo de electrónica de forma gratuita y LEGAL, para variar, échenle un vistazo a la página de Thinner/Autoplate, que ofrece multitud de discos "entre la música ambiente y el minimal house, la mayoría envueltos con toques de dub". Obviamente, los artistas no son de primera fila. Sin embargo, más que a un tema de calidad, el hecho de que regalen su trabajo se debe a la tremenda saturación del género y a la ley de la oferta y la demanda.

¿Recomendaciones? Jason Corder y Deluge para empezar, pero hay muchísimo donde elegir. Y si consideran este tipo de iniciativas un derroche inútil, háganse la siguiente pregunta: ¿quién puede garantizar que el próximo Aphex Twin no empezará de esta manera?

Estoy escuchando:
Siouxsie And The Banshees - "Happy House"

Hay mucha belleza en el mundo

Bueno, pues, ¿valió la pena? La verdad es que sí. Les cuento. Llegué al Divino Aqualung algo después de las 18:45, y según entraba escuché los acordes de "Here I Dreamt I Was An Architect". Los Decemberists ya estaban manos en la masa. Me dio un poco de rabia, pero no pude llegar antes, y no conocía el sitio. Luego me enteré de que aquélla había sido la primera canción. En todo caso, parece que no fui el único: hubo quien se los perdió del todo, y habían venido por ellos. No estamos acostumbrados a la puntualidad en este país, y menos en lo referente a espectáculos, así que no es de extrañar que tal rigidez nos pillara desprevenidos a muchos.

De todas formas, vi la mayor parte de su actuación. Estuvieron muy simpáticos, sobre todo la violinista y su instrumento parlante. Eché de menos la tremenda "The Infanta" y algún tema más, pero se ve que aún disfrutan sobre el escenario, y rebosan buenas vibraciones.

Por cierto que cuando dije que The Dirty Three aportarían el elemento impredecible, no tenía ni idea de lo que estaba por llegar. Mientras los roadies hacían su trabajo después de que se retiraran los Decemberists, apareció un tipo ataviado de desquiciado profesor de matemáticas de instituto (vaqueros, jersey viejo, camisa de cuadros), cogió un violín, lo conectó, y empezó a tocarlo como una guitarra haciendo un ruido terrible. Aluciné. Resulta que Warren Ellis (a la izquierda en la foto de abajo, ahora lleva barba) es todo un showman: desde ese momento no dejó de gesticular, contornearse, gritar, dar saltos y patadas al aire y, en fin, de comportarse como si estuviese en un concierto de Van Halen, y los fotógrafos encantados, claro. Llegó a mosquearme un poco. Menos mal que también demostró ser un virtuoso capaz de hacer con su violín lo que le diera la gana. Y no es que sus compañeros desempeñaran el papel de mera comparsa, ni mucho menos. Simplemente, era difícil quitarle a Ellis la vista de encima, y el aumento del nivel de decibelios en las interpretaciones también le favoreció.

Por último, lo de Mercury Rev fue puro espectáculo, con imágenes de fondo y calculado al milímetro, pero no menos fantástico por ello. Me llevé una impresión semejante a la de un concierto de los Flaming Lips al que asistí hace tres años, también del festival de Wintercase, pero en la sala Arena. Sólo faltó el confeti: Jonathan Donahue apenas toca ya la guitarra (ahora prefiere imitar el aleteo de un cisne o blandir una sierra) y se han pulido todas las aristas sonoras del grupo. No digo que Rev sean un calco de los Lips, pero la evolución paralela que han seguido ambos me resulta, cuanto menos, curiosa. Ninguno toca apenas temas de sus primeros álbumes, porque ellos tampoco son los mismos y han atravesado drásticos cambios de personal. Empezando por "Secret For A Song" y terminando con un generoso bis, Mercury Rev pusieron la guinda a un pastel suculento sin matices. Yo, al menos, quedé satisfecho. Y prometo no volver a hablar de conciertos ni mencionar a estas bandas en un buen tiempo.

Estoy escuchando:
Paco de Lucía - "Gloria Al Niño Ricardo"

viernes, 25 de noviembre de 2005

Diciembre en noviembre

A estas alturas, ya no se le ocurre a casi nadie acusar a los Decemberists de copiar el estilo de Neutral Milk Hotel. Y es que Colin Meloy y compañía han logrado lo que hoy día es muy difícil, cavar su propia trinchera. Con sus curiosos arreglos (pianos, acordeones, guitarras acústicas) y sus historias sobre piratas, prostitutas y bebés muertos (la escalofriante "Leslie Anne Levine" es mi favorita entre sus canciones), la música de los Decemberists busca hacernos disfrutar, emocionarnos con sus bonitos estribillos y recrear la sensación de suspense de noches junto a una hoguera campestre.

¿Nos vamos a los San Fermines?Admito que para mí son el grupo "de relleno" del cartel, en el sentido de que probablemente no me molestaría en ir a verlos si vinieran solos, pero ya puestos, no dudo que me lo voy a pasar muy bien con ellos. Así que, lo dicho, nos vemos (o no) esta tarde en la sala Aqualung (Paseo Ermita del Santo, 48, al lado del río Manzanares), muy tempranito, a eso de las seis y media. ¡Hasta pronto!

Estoy escuchando:
Dirty Three - "Backwards Voyager"

Tres sucios, tres

Formalitos ellosEstos señores con cara de sabérselas todas son The Dirty Three, un trío (violín, guitarra y batería) de rock instrumental, atípico en muchos aspectos. En primer lugar, porque aunque prescinden de cantante, resulta complicado encasillarlos dentro del movimiento post-rock cuyo formato comparten. No son cerebrales en exceso, y apenas se percibe en ellos la influencia del krautrock o el dub, sino más bien de la música hindú, el minimalismo y la Velvet Underground, sin olvidar el jazz acústico.

Muy lejos de ser un grupo de easy listening, The Dirty Three se desenvuelven con igual soltura en las atmósferas evocadoras y los pasajes de intensidad creciente en los que el violín suele llevar la iniciativa. Si tienen un defecto, es que su sutileza llega a aburrir en determinadas ocasiones. No producen, repito, papilla de hilo musical. Hay que prestarles atención, y a mí a veces eso me cuesta. Pero su talento es innegable. Y mañana probablemente aporten el elemento impredecible a la velada.

Estoy escuchando:
Freedy Johnston - "Hotel Seventeen"

jueves, 24 de noviembre de 2005

Más vale tarde que nunca, a veces

A lo Lou Reed

Vamos ya con el primero de los grupos de este concierto perteneciente al Wintercase Festival (dato que se me había olvidado mencionar). Mercury Rev comenzó en la década de los noventa como uno de los representantes más destacados de la neo-psicodelia, movimiento que si nos ponemos se remonta hasta los Soft Boys. En sus inicios podían ser descritos como una versión desbocada de My Bloody Valentine, pero cuando uno escucha sus últimos discos, hay otro punto de referencia bastante claro: los Flaming Lips más barrocos. Y no es de sorprender, ya que Jonathan Donahue (líder de la formación, o al menos su miembro más destacado) ha trabajado con los de Oklahoma como ingeniero y guitarrista. Luego está el tema de que su voz es clavada a la de Wayne Coyne de los Lips, aunque en The Secret Migration (2005), su último disco, se nota menos.

¿Qué espero de ellos? No estaría de más que desataran un poco el lado salvaje de sus años mozos, aunque aquí vienen a defender sus canciones recientes. En otras palabras, versatilidad y un guiño al pasado sin caer en la nostalgia.

Estoy escuchando:
Cluster - "Isodea"

lunes, 21 de noviembre de 2005

El concierto del año

Y conste que tampoco es que vaya a muchos, pero éste no me lo podía perder. Me refiero a la (espero) apabullante exhibición que se avecina para este viernes 25 en el Aqualung de Madrid: nada menos que Mercury Rev, Dirty Three y The Decemberists compartiendo escenario. Un cartel que, o te deja indiferente (porque no conoces a ninguno de los implicados), o quita el hipo. Los próximos días espero poder hacer unas breves reseñas de estos tres grupos. Ya adelanto que los dos primeros me gustan bastante más, pero los Decemberists están en un mejor momento.

Por cierto que estoy en la primera escucha del álbum From The Choirgirl Hotel (1998) de mi pelirroja favorita, Tori Amos. Así de pronto, se me antoja bastante más soso que su anterior trabajo, el incendiario (al libreto les remito) Boys For Pele (1996). Habrá que ver.

Hola a todos (¿a quién quiero engañar?)

Buenas. El propósito de este blog es dar salida a mis extravagantes opiniones musicales que, en la vida real, no interesan a casi nadie. No digo que en el ciberespacio la cosa sea distinta, pero en fin.