
Robert Fripp, guitarrista y líder del grupo de rock progresivo King Crimson, es el prototipo del músico cerebral y frío, al que no le interesa lo más mínimo plasmar su personalidad en lo que hace. A pesar de ser el único nexo común en todas las encarnaciones del Rey Carmesí, este excéntrico
gentleman no suele monopolizar las tareas creativas, y a menudo la calidad de su música depende del nivel de los colaboradores de turno.
De ahí los llamativos cambios estilísticos atravesados por la banda a lo largo del tiempo:
In The Court Of The Crimson King (1969), un debut considerado el punto de partida oficial del movimiento progresivo (uno de los más pujantes en la primera mitad de los setenta), no tiene casi nada que ver con trabajos posteriores como
Larks' Tongues In Aspic (1973) o
Discipline (1982).
Como artista en solitario, Robert Fripp suele rehuir del formato canción (al fin y al cabo, nunca canta ni escribe letras) para centrarse en la música instrumental, bien pseudobailable, bien cercana a lo ambiental. Uno de sus principales descubrimientos es una técnica de superposición de los sonidos de su guitarra que desarrolló junto a Brian Eno en
No Pussyfooting (1973) y a la que primero denominó Frippertronics (a su manera, el hombre tiene algo de sentido del humor), y más tarde Soundscapes o paisajes sonoros.

La verdad es que escuchar todo un disco de Frippertronics puede resultar muy cansino, pero si se usan como complemento de canciones convencionales, la cosa cambia.
Exposure (1979) es el mejor ejemplo de ello, y una oportunidad única para asomarnos al lado más humano de Robert Fripp. Este álbum supone una anomalía en su discografía al margen de King Crimson, en buena parte debido a las circunstancias que rodearon su gestación.
En 1974, Fripp decidía disolver King Crimson y anunciaba su retirada del mundo de la música. Después de tres años alejado de la vida pública, pasó algún tiempo como músico de estudio y productor. Resulta muy significativo que Robert Fripp fuera una de las pocas figuras de su generación respetadas por los jóvenes músicos del punk y la nueva ola. Él, que había sabido cuándo abandonar la escena para no convertirse en un dinosaurio, era ahora reclamado por David Bowie, Blondie y los Talking Heads.

Para grabar
Exposure, por tanto, Fripp contó con una nutrida lista de invitados. Se trata de un disco alejado tanto de los clichés del rock progresivo (muchos de los cuales él había contribuido a crear) como de la parafernalia comercial setentera. A una media de menos de tres minutos por canción, se observa un acercamiento evidente a tendencias más modernas: "Disengage" y "I May Not Have Had Enough Of Me But I've Had Enough Of You" son auténticas explosiones de un cubismo punk que dejaría fuera de juego a los mismísimos Sex Pistols.
Pero lo curioso es que, a pesar de la sucesión de intervenciones por parte de Peter Hammill, Phil Collins a la batería, y hasta Daryl Hall (sí, el del dúo de rock suave Hall y Oates),
Exposure es un disco muy personal, el testimonio de quien ha superado un crítico periodo de confusión y se prepara para volver al primer plano. Aquí conviven el pasado y el futuro de King Crimson: "Breathless" actualiza "Red" vía Frippertronics, mientras que "North Star" es el prototipo de baladas como la bella "Matte Kudasai".
Algunos temas reciclan las aportaciones efectuadas por Fripp después de su reaparición a discos de otros artistas. La canción "Exposure", incluida originalmente en el segundo álbum solista de Peter Gabriel, combina un ritmo repetitivo, deletreados y lo que parece una sesión de grito primario a cargo de una de las hermanas del grupo folk The Roches.
Pero el momento más estremecedor llega al final, cuando la lejana premonición apocalíptica de "Water Music I" tiene su respuesta en el melodrama de "Here Comes The Flood", interpretado por Gabriel al piano. Los siguientes minutos de "Water Music II", Frippertronics en estado puro, ponen el broche a un álbum ecléctico y estimulante, pieza clave para recomponer el puzle frippiano.
Cuando King Crimson regresaron a comienzos de los ochenta, a muchos les costó reconocer en su nueva música, de influencias africanas y minimalistas, la verdadera esencia del grupo, que en el fondo no es otra que el cambio constante, el progresismo bien entendido. En los últimos diez años, el grupo sí que ha traicionado bastante esta filosofía en mi opinión, aunque se niegan a tocar la mayoría de sus temas antiguos y se mantienen con dignidad.
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Estoy escuchando:
The Insect Trust - "Trip On Me"