jueves, 30 de marzo de 2006

La prueba del delito



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Estoy escuchando:
Jean-Luc Ponty - "Idiot Bastard Son"

miércoles, 29 de marzo de 2006

¡Chispeante!

Sparks: Hello Young Lovers
Gut Records / Pop Orquestal

Después de haber pregonado a los cuatro vientos la buena nueva de la llegada de otra obra maestra a cargo de los inclasificables Sparks (en un artículo que recomiendo como introducción a este comentario), pensaba que me tocaría ahora desinflar un poco el globo.

¿Alguien ve la relación?Y es que en las primeras escuchas Hello Young Lovers no acabó por seducirme del todo. Me encontré con un disco mucho menos rítmico que Lil' Beethoven (2002), y parecía que hasta aburrido. Me equivoqué.

¿Dónde está el truco? En encontrar nuevos matices dentro de una fórmula original y sorprendente, pero algo limitada. Con Lil' Beethoven, Sparks se colocaron a la vanguardia de los intentos por acercar los principios del minimalismo a la música pop. Esto quiere decir que las canciones no se regían por una tradicional estructura de estrofa-estribillo-puente, sino que surgían de la sucesión y combinación de una serie de breves frases musicales. Más o menos lo que los Talking Heads hicieron en algunos temas de Remain In Light, sólo que con una orquesta de fondo en vez de sonidos de electrónica funky.

El minimalismo es una corriente de la música clásica contemporánea bastante alejada del extremismo atonal que aqueja a gran parte del género, y tiene en Philip Glass a su representante más famoso. Sufjan Stevens es otro artista actual que, al igual que Sparks, bebe de esta tendencia con un éxito considerable, aunque partiendo del folk.

Sparks en acción

Los hermanos Mael, en cambio, son un grupo marcadamente pop, y no renuncian a las melodías con gancho. Con la particularidad de que las superponen hasta el infinito en una espiral de voces que da un poco de vértigo. En eso recuerdan a Queen, pero por algo Sparks sacaban ya discos cuando Brian May aún estaba fabricando su guitarra en el taller de su padre.

Hello Young Lovers forma un ciclo de canciones que examinan las relaciones amorosas desde ángulos insospechados: "(Baby, Baby) Can I Invade Your Country" equipara el acto de la seducción con las agresiones militares entre países, en "Here Kitty" un gato subido a un árbol se convierte en la excusa perfecta para ligar con un bombero, etc.

"There's No Such Thing As Aliens" es el único tema que se salta el guión, pero actúa como breve interludio antes de la desconcertante "As I Sit Down To Play The Organ At The Notre Dame Cathedral". Aquí Sparks tiran la casa por la ventana. Sus siete minutos son una densa masa de saltos bruscos acompañados, no podía ser de otra manera, de un sonido de órgano de iglesia a cargo de Ron, que retoma así la admiración por Bach de la cual ya dio muestras en la introducción de "This Town Ain't Big Enough For Both Of Us", allá por 1974. El resultado, como podrán imaginarse, oscila entre lo genial y lo irritante.

Sin embargo, el resto del disco es bastante más accesible: "Perfume" (que se ha colado en la lista de éxitos británica), "Waterproof" y "Metaphor" son canciones compactas y simpáticas que explotan con sutileza la vena misógina que a menudo subyace en las letras de Sparks. Si se escuchan por separado, quizá no den la medida de la ambición que Hello Young Lovers oculta bajo una ironía marca de la casa. Y es que este nuevo trabajo de los Mael les seguirá sonando a algunos una broma graciosilla pero irrelevante (los mismos que se arrastran ante el altar del último alma atormentada sin nada que decir), pero los reafirma en su posición de outsiders más interesantes de la música pop del siglo XXI.

Más información:

Vídeos:
  • "The Rhythm Thief" - Éste el tema que abre Lil' Beethoven y que expone el concepto detrás del álbum. Lo del ladrón del ritmo viene a cuento de que Sparks pretendían hacer una música bailable no convencional, sirviéndose de elementos de la música clásica y la ópera sometidos a una repetición constante. Por eso cantan "luces fuera, Ibiza", y aparecen metrónomos dentro de cajas fuertes, violines y bailarinas enjauladas. ¡Qué cosas!


Estoy escuchando:
Don Cherry - "Smiling Faces, Going Places"

martes, 28 de marzo de 2006

Mínimo esfuerzo

Ahí va un pequeño anuncio del disco de los Flaming Lips que comenté hace un par de semanas.



¿Verdad que no suena tan mal? Soy consciente de que este blog corre el riesgo de convertirse en un escaparate de enlaces intrascendentes, pero en este preciso instante es todo lo que me siento capaz de aportar. Que ustedes lo disfruten con salud.

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viernes, 24 de marzo de 2006

Grillos en la inmensidad del universo

Y allí estábamos, un grupo de adultos hechos y derechos, balanceándonos en coordinación y profiriendo monosílabos que recuerdan a los provocados por el hastío climático en las calurosas Islas Canarias. Tal es el poder que un micrófono, una guitarra y un pedal de efectos pueden conceder a una persona cuando la simpatía y el talento escénico se dan la mano.

Hacía cinco años que Arístides Moreno no pisaba Madrid. Aquí comenzó su carrera en 1996, después de una etapa de indefinición profesional en su vida ("soy licenciado en COU", bromea). Y hoy, 21 de marzo de 2006, hemos estado esperándole en Libertad 8 la media hora de rigor para que salga y nos deleite con su repertorio, que él describe como una "proyección de la realidad sometida a distorsión".

Arístides ha dejado su Gran Canaria natal para presentar en este local abarrotado su último trabajo, Espectro Lumínico (2005). Sube al escenario, y parece un cruce entre Manu Chao y Tamariz. Comienza con un recitado casi en clave de blues. "La música y el amor son lo único verdadero", canta con cadencia pausada. Es esta una introducción misteriosa y que me deja un poco frío, pero enseguida nuestro héroe se suelta y desgrana su sarta de historias que tienen por protagonistas a personajes tan variopintos como el virus de la gripe, el Corsario de la Biosfera ("un héroe espacial venido a menos") o el agua con gas, y que sin embargo no escatiman referencias al deterioro del medio ambiente o las corruptelas políticas. El público, mientras tanto, canta con alegría los pegadizos estribillos.

Y como no podía ser de otra forma, la susodicha operación distorsionadora también se manifiesta en términos musicales: el irreverente Arístides se atreve con todo, desde el reggae y la samba hasta el flamenco o los solos de guitarra improvisados ("contemporáneos", como él los llama). Y siempre es capaz de arrancar otra sonrisa más cuando cita en medio de un tema a los Sabandeños, "La Macarena", o la sintonía de El Coche Fantástico. Por eso, cuando acaba el concierto, tras dos horas y media de acrobacias vocales y derroche de buenas vibraciones, todos nos sentimos en casa, sin importar nuestra procedencia.

De paliqueAl final de la actuación, Arístides tuvo la amabilidad de contestarme a unas pocas preguntas:

¿Qué te hizo decidirte a venir a Madrid hace diez años? Obras y socavones aparte, ¿cómo lo has encontrado desde la última vez?

Fue una aventura, no conocía a casi nadie, pero quería vivir de esto. Madrid sigue igual que siempre.

¿Crees que falta sentido del humor entre los cantautores?

No, cada uno tiene su camino, y yo he tomado el del humor, aunque no me considero humorista.

¿Qué buscas con tu música?

Que la gente se lo pase bien y luego, que piense, que reaccione. Siendo de Canarias, estoy a favor del mestizaje musical: siempre he dicho que nosotros pertenecemos a África en lo geográfico, a Europa en lo cultural, y a Latinoamérica con el corazón.

¿Cuál crees que será el futuro de la industria discográfica?

No sé, lo más probable es que se tienda hacia la autogestión.

Estoy escuchando:
Miles Davis - "Madness"

jueves, 23 de marzo de 2006

Probando, probando...

Señoras y señores, con todos ustedes, y por cortesía de mi buen amigo Jesús Sarmiento: ¡Arístides Moreno, en vivo y en directo! El tema es el ya mencionado "Horcon Boys" (las letras están aquí), e incluye un solo de moto (¿?) como para no perdérselo.



Mañana, la crónica del concierto (ya va siendo hora) y una breve entrevista.

Estoy escuchando:
Denise Motto - "IMNXTC"

lunes, 20 de marzo de 2006

Una cita

Todo un crack

Arístides Moreno es un cantautor canario poco conocido en la península, pero los que somos de su tierra natal aún recordamos la canción con la que saltó a la fama en 1998, "Horcon Boys", la cual relata las andanzas de un empleado en una plantación de plátanos.

La música de Arístides, en definitiva, derrocha buen humor y surrealismo lírico. Actúa mañana, martes 21 de marzo, en el local madrileño Libertad 8. El show comienza hacia las 21:30 horas, y la entrada es libre. No me lo perdería por nada del mundo.

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Los residentes se van de compras

Mucho ojo al último anuncio televisivo de la Fnac: en él aparecen unos pequeños cíclopes azules y peludos que pasean por la tienda, curiosos. ¡Y entonces uno va y coge un disco de los Residents! Sorprende, y mucho, esta referencia al que quizá sea el grupo más underground de la música rock. Pero todo tiene su explicación: los Residents han vivido durante décadas en el más estricto anonimato; para sus apariciones públicas llevan esmoquin y unos cascos con forma de ojo. Se entiende así la simpatía que podrían provocar en un ser de sus mismas características.

Para quedarse heladoEl álbum en cuestión, Eskimo (1979), es una recreación ficticia de la música del pueblo esquimal. Se trata de una serie de paisajes sonoros que representan historias sobre cazadores de morsas y ritos ancestrales. Y esa no es ni de lejos la idea más descabellada que han tenido: la discografía de los Residents está plagada de experimentos como The Commercial Album (1980), que incluye cuarenta canciones de un minuto cada una, o The Third Reich & Roll (1976), una colección de desfiguradas versiones de clásicos de los sesenta. Me preocupan los efectos que su exposición a los medios de comunicación masivos podría tener sobre la población española.

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Al Green - "Feels Like Summer"

La venganza del clan

¿Es un pájaro? ¿Es un avión?Había una vez, allá por 1977, cuatro estudiantes de la universidad inglesa de Leeds a los que les atraían por igual las teorías neomarxistas, el punk y el funk. Animados por el espíritu de la época, que no era otro que el de "hazlo tú mismo", formaron un grupo. Su música mezclaba guitarras ásperas y ritmos bailables. Después de un impresionante disco de debut como fue Entertainment! (1979), empezaron a perder fuelle. Se separaron en 1984. Y se llamaban The Gang Of Four.

Casi treinta años después, son uno de los puntos de referencia primordiales para bandas como Bloc Party, Franz Ferdinand y los Arctic Monkeys. Vamos, que los copia todo el mundo. Y ellos, que no tienen un pelo de tontos, han aprovechado para regresar en su formación original y saborear un poco los laureles que se les negaron en su época. El año pasado sacaron Return The Gift, una confusa colección en la que regraban sus antiguos temas, al parecer porque no estaban satisfechos con el sonido de la batería.

Cuestiones técnicas aparte, lo cierto es que la actual fiebre revival que rodea a The Gang Of Four no tiene en cuenta algunos aspectos esenciales del grupo. Sus letras, sin ir más lejos. Por primera vez, la crítica antisistema en el rock tenía una base teórica sólida: no es casualidad que los de Leeds tomaran prestado el nombre a un grupo de maoístas radicales que organizaron la revolución cultural china (1966-69).

Sin comulgar necesariamente con tales ideas, ellos intentaban desmontar en los textos de sus canciones las falsedades que rodean a las relaciones sociales y personales. Y sí, es posible bailar frenéticamente al ritmo de frases como "a veces pienso que te amo, pero sé que sólo es lujuria".

The Gang Of Four no fueron los únicos en dar respuesta a finales de los setenta a la ortodoxia impuesta desde ciertos sectores del punk británico. Les acompañaban Public Image Ltd., The Pop Group, The Slits. Grupos que merecen ser recordados como adalides del post-punk, un movimiento que aguarda en la cuneta a los melómanos intrépidos.

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domingo, 19 de marzo de 2006

Teoría conspiratoria

¿Quién hubiera dicho que los Moody Blues y Metallica tenían algo en común? La respuesta está en Band To Band, una web que descubre los vínculos genealógicos que unen a las bandas de rock. El mecanismo es sencillo: los grupos por los que ha pasado un mismo músico aparecen enlazados. Y como ésta es una profesión bastante incestuosa, al final siempre se puede establecer alguna relación indirecta, por lejana que sea.

Basta con introducir dos nombres en las casillas del cuadro "Create Map", y la página se encarga de generar el esquema. No sirve absolutamente para nada, pero es entretenido.

Estoy escuchando:
Four Tet - "Slow Jam"

Los chicos de la playa también lloran

Con buena letra

Ese de ahí arriba es Brian Wilson, el líder en la sombra de los Beach Boys. ¡Los Beach Boys! Sí, ¿y quién más? ¿Cher? Cuidado. Circulan por ahí muchas ideas erróneas sobre la que durante un tiempo fue la banda más querida de América. De hecho, la suya es una de las trayectorias con más altibajos artísticos y comerciales de la historia del rock.

Bien es cierto que la imagen esa de ñoños que tienen se la han ganado a pulso, pero eso no es culpa de Brian, sino del mastuerzo (en el mal sentido) de su primo Mike Love, que tenía la sensibilidad de una caja de zapatos y era el que escribía la mayoría de las letras que tenían que ver con sol y playa. Brian bastante tenía con componer canciones preciosas y arreglar unas armonías vocales que, por cierto, nadie ha logrado superar después, todo ello compitiendo con esa apisonadora que eran los Beatles. Hasta que se rompió.

Y es que los Beach Boys atravesaron cuatro etapas bien distintas:
  • De 1962 a 1965: la época de éxitos como "Surfin' Safari" (y "Surfin' USA", y "Surfer Girl", y...). El grupo, bajo el mandato de Brian (que componía la mayoría de los temas y, cosa inaudita, produjo él mismo los álbumes del grupo a partir del tercero), se convierte en el máximo exponente del sueño americano, pero el carácter introvertido de Brian y la complejidad de temas como "California Girls" presagiaban cambios.
  • De 1966 a 1967: Brian decide que ya no quiere seguir yendo de gira con el grupo. Prefiere centrarse en los procesos de composición y grabación. Así nace Pet Sounds (1966), su "sinfonía adolescente dedicada a Dios", un álbum tenido en altísima consideración por los entendidos y que no alcanza el éxito comercial esperado. Tras el lanzamiento del revolucionario sencillo "Good Vibrations", Brian se lanza a grabar Smile, una ambiciosa obra que dejará inconclusa. Sufre una crisis nerviosa y se recluye en su casa.
  • De 1968 a 1977: los Beach Boys han perdido el tren de la psicodelia y son vistos como símbolos de conservadurismo, tanto musical como político. Brian, cada vez más inestable mentalmente, pierde casi todo interés por la música y sólo escribe canciones de vez en cuando. Su participación en los discos de este periodo es mínima. Sin embargo, el grupo sale adelante gracias a las canciones que permanecían inéditas tras el fiasco de Smile. Carl y Dennis Wilson han asimilado el estilo de su hermano mayor y, a trancas y barrancas, consiguen editar algunos trabajos dignos como Sunflower (1970) o Surf's Up (1971).
  • Desde 1978 hasta hoy: Mike Love se hace con el control del grupo y Brian se desentiende por completo. Dennis y Carl mueren en 1983 y 1998 respectivamente. El grupo se embarca en una gira interminable y cada unos cuantos años saca algún álbum de calidad pésima.
A partir de los noventa, multitud de grupos han reivindicado la verdadera herencia de los Beach Boys. Brian Wilson se encuentra algo mejor, da conciertos, e incluso pudo terminar Smile en 2004. Mike Love sigue siendo el mismo de siempre, sale de gira usando el nombre de los Beach Boys e interpone demandas judiciales contra los antiguos miembros del grupo en cuanto tiene oportunidad.

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Estoy escuchando:
Air - "Le Voyage De Penelope"

miércoles, 15 de marzo de 2006

Manicura para gigantes

Me gusta la música con aristas. Por eso me han decepcionado un poco los últimos lanzamientos de Cat Power y de mis admirados Calexico. Lo llevo rumiando desde hace tiempo: la espontaneidad no se valora lo suficiente, más bien es vista como un obstáculo para llegar a un público amplio. Está de moda lo impecable, lo estéril, y a mí eso me aburre soberanamente.

Ahora va de tiernaChan Marshall es una cantautora que bajo el seudónimo de Cat Power ha roto moldes con discazos como What Would The Community Think (1996) o You Are Free (2003), auténticos catálogos de impresiones perturbadas. Para grabar The Greatest (2006) se ha ido a Memphis, y le ha salido un disco de soul muy cálido, pero un poco soso: el punto fuerte de Chan no son las melodías bonitas, y su voz no se presta a esta clase de arreglos inmaculados, con violines y todo. "Hate", un tema que grabó ella sola en el estudio con su guitarra, captura mejor la esencia de su música que ningún otro. The Greatest se escucha con agrado pero, ¿dónde fue a parar la tensión, la mala leche? Pues eso, que la gata se ha limado las uñas y no ha ganado con el cambio.

Mejor no hacer juegos de palabrasA Calexico les ha venido a pasar tres cuartos de lo mismo. Son uno de mis grupos favoritos, y por algún misterio su sorprendente adaptación de los sonidos mexicanos y las bandas sonoras de Ennio Morricone nunca suena anticuada. Joey Burns y John Convertino eran la sección rítmica (bajista y batería, respectivamente) de Giant Sand. En la segunda mitad de los noventa decidieron probar suerte y ocupar sus ratos libres grabando algunas canciones. Actualmente, Calexico es un proyecto que les exige dedicación completa, aunque todavía trabajan de vez en cuando con Howe Gelb, líder de Giant Sand.

El problema es que con Garden Ruin (2006), su quinto álbum, Burns y Convertino han renunciado a las señas de identidad que les caracterizan (topicazo al canto), en un incomprensible acercamiento al rock alternativo. En otras palabras, sus temas ya no traen a la mente imágenes borrosas de desfiladeros y pueblos de mala muerte, sino de adolescentes tumbados en su dormitorio entre posters de Death Cab For Cutie. Y eso es bastante triste.

Con esto no quiero decir que The Greatest o Garden Ruin sean malos discos, ni mucho menos, pero sí me parece que quedan por debajo del listón que tanto Cat Power como Calexico se habían puesto hasta ahora. O eso, o mi sistema de comprensión auditiva ha quedado averiado después de tanto escuchar a King Crimson.

Estoy escuchando:
Bob Mould - "Vaporub"

jueves, 9 de marzo de 2006

Netlabels (II): aspectos técnicos y legales

Las netlabels proponen un modelo de funcionamiento que, como todo lo nuevo, puede suscitar dudas. Sin embargo, y a pesar del desconocimiento por parte del gran público, comienzan a abrirse camino: en archive.org, el gran almacén de internet, hay registradas unas 8.000. Estas discográficas virtuales no suelen tener ánimo de lucro, aunque a veces se planteen vender merchandising para compensar los costes. Prefieren evitar asociaciones con los sistemas de intercambio Peer 2 Peer tales como Kazaa o Emule, por lo que la mayoría ofrecen descargas directas desde el disco duro de un servidor.

Y no es complemento circunstancialEl marco jurídico en que operan las netlabels es el de la licencia Creative Commons, una alternativa a las tradicionales leyes de propiedad intelectual diseñada por el letrado estadounidense Lawrence Lessing. Su origen radica en el software libre, pero las condiciones se adaptan también a toda clase de productos culturales. En el caso de la música, se suele permitir la distribución siempre que se respete la autoría. Hay que decir que no todos están a favor de este sistema: algunos consideran que lo que se da gratis no debería estar sometido a ningún tipo de licencia. En fin, que el debate acaba de empezar, como quien dice.

Estoy escuchando:
Trees - "Lady Margaret"

martes, 7 de marzo de 2006

Prestidigitadores en pie de guerra

Flaming Lips: At War With The Mystics
Warner Music / Pop-rock
Un tanto desconcertante este undécimo trabajo de los Flaming Lips. Tras varios discos de pop futurista y experimental, se adivina en algunos de los temas que conforman At War With The Mystics un retorno a sonoridades más roqueras por parte de los de Oklahoma. La culpa la tienen esas guitarras torpes y coloristas, como a ellos les gustan, que desde hacía algún tiempo tenían algo arrinconadas en favor de las orquestaciones sintéticas.

En los tres años transcurridos desde la publicación de Yoshimi Battles The Pink Robots (2002), un álbum en el que exploraron las posibilidades de las modernas técnicas de producción, los Lips han recorrido medio mundo con su espectáculo multimedia (las lluvias de confeti en sus conciertos son célebres), terminado el rodaje de una disparatada película titulada Christmas In Mars y versionado a clásicos como Black Sabbath y Queen. At War With Mystics se abre precisamente con "The Yeah Yeah Yeah Song", un guiño a los juegos vocales de "Bohemian Rhapsody". A partir de ahí, la pauta está marcada; y si bien el carácter festivo reinante remite a glorias pasadas, en sus letras Wayne Coyne continúa su reflexión sobre las verdades cósmicas y la magia de lo cotidiano.

Caña a los místicosEl resultado es un carrusel lisérgico en 12 cortes o, si se quiere, una síntesis algo extraña que bebe de elementos tan dispares como la psicodelia, la música disco o el exotismo propuesto por Esquivel y Joe Meek. Eso sí, la positiva impresión general se diluye un tanto con el examen detallado: no hay aquí ninguna canción tan grandiosa como "Race For The Price" o "Do You Realize". Con todo, At War With The Mystics conserva la mayor cualidad de los Flaming Lips, ese algo indefinible, el motivo por el cual perdonamos todos sus excesos. Y es que a estas alturas de una carrera impredecible como pocas, estos cuarentones de joven corazón aún son el perfecto antídoto frente al cinismo dominante.

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Estoy escuchando:
June Of 44 - "Arms Over Arteries"

domingo, 5 de marzo de 2006

Post-definiciones

A la hora de intentar entender este revoltijo que es la música actual, uno se encuentra con varios términos que llevan el prefijo "pos(t)". Que, como todos sabemos, significa "detrás de" o "después de". ¿Significa eso que estamos de vuelta de todo?

La RAE dixitPor supuesto, el más importante de estos "palabros" es el posmodernismo, común a la sociología y las demás artes. Su influencia se palpa en muchos géneros, y la desconfianza hacia los pensamientos totalizadores es una de sus principales características. Por eso cuesta tanto llegar a una definición exacta. La más clara manifestación posmoderna en la música popular se produce cuando el compositor adopta un punto de vista muy similar al de un científico. Me explico. Ya no se trata de argumentar un discurso coherente con una finalidad concreta (que la gente baile, sienta, se rebele o piense), sino de combinar estilos hasta obtener un resultado que no responde a una lógica establecida por terceros. Lo que Frank Zappa, John Zorn o Ween han aportado a este concepto es un saludable acercamiento al pop-rock (y en ocasiones el jazz).

Ahora bien, no hace falta llegar a tales extremos. La introversión y el distanciamiento de los que los artistas independientes hacen bandera también se relacionan con el posmodernismo. En el fondo, reflejan una situación evidente: hoy día nadie puede proclamarse portavoz más que de grupos sociales minoritarios.

En unas coordenadas algo diferentes se encuadran el post-punk y el post-rock (hay quien habla incluso de post-metal), pero eso mejor dejarlo para otro día.

Estoy escuchando:
Orchestra Baobab - "Coumba"

sábado, 4 de marzo de 2006

De congresos y pasillos

Yo soy el del chubasqueroAcabo de regresar de Huesca, donde he asistido al VII Congreso de Periodismo Digital. En el Centro Cultural del Matadero, nada menos. A mí me ha aportado bastante, pero creo que resulta significativa la confusión que existe en torno a ciertos conceptos, como el de periodismo ciudadano.

La gente ve con incertidumbre la nueva relación con las fuentes y los lectores que la Red plantea a los periodistas. No creo poder aportar gran cosa a este debate entre apocalípticos e integrados, pero me sumo al sector moderado: internet es un medio que ofrece inmensas posibilidades, y hay sitio para todos. También me gustaría resaltar la cada vez mayor presencia de los que aún no estamos integrados en el mundo laboral: los participantes en la mesa redonda de estudiantes, con alguna excepción muy puntual, expusieron algunas de las ideas más interesantes de las jornadas. Si quieren saber más, les remito al Aragón Digital (la foto la he sacado de ahí).

Se ve que estos temas van teniendo una presencia importante en los ámbitos profesional y universitario. A finales de abril hay una nueva cita, el Congreso Internacional de Blogs y Periodismo en la Red organizado por la Universidad Complutense. Y parece que se va a hablar del tratamiento de la información especializada (lo cual incluye a la música) a través de las nuevas tecnologías.