martes, 21 de noviembre de 2006
Hay coincidencias que...
sábado, 18 de noviembre de 2006
De obras
domingo, 5 de noviembre de 2006
Amigos de Kurt (V): The Shaggs
Pues va a resultar que después de todo el título de peor banda de rock de la historia no pertenece a Foreigner o Journey, ni siquiera a Kiss... Esos podrán ser grupos mediocres, pretenciosos o aburridos, pero se encuentran a años luz de la incompetencia musical más absoluta que representan The Shaggs. Madrinas del pop de baja fidelidad de los noventa, las hermanas Wiggin fueron obligadas por su padre a sacrificar sus años de juventud, escribir canciones sobre Halloween y mascotas de dos patas, y tocar durante los fines de semana ante el incrédulo público de su pueblo. Ni que decir tiene que jamás salieron de allí. Corrían los años de la Beatlemanía, y la asíncrona y casual cacofonía de The Shaggs debió de parecerle a sus contemporáneos una verdadera tortura.
¿Cuál fue su relación con Nirvana?
Kurt Cobain las citó entre sus grupos favoritos, y no fue el único: Frank Zappa y la prestigiosa compositora de jazz Carla Bley también se cuentan entre sus fans.
¿Su mejor disco?
A un grupo como The Shaggs resulta por definición imposible aplicarle este parámetro. Pero si hay que hacer una recomendación, que sea Philosophy Of The World (1969), su único LP oficial (algunas de las grabaciones posteriores de la banda aparecerían editadas mucho más tarde bajo el nombre Shaggs' Own Thing). Porque al igual que las películas de Ed Wood, es tan malo que no deja de tener su encanto. En primer lugar, se adelanta a la inocencia lírica de Jonathan Richman, y en segundo, tiene momentos realmente desternillantes, como cuando tras los primeros compases uno se da cuenta de que la batería va por libre todo el rato. Ahora bien, lo más escalofriante del asunto es que si no conociéramos las circunstancias que rodearon a la grabación del disco, Philosophy Of The World podría haber sido atribuido a algún compositor sesudo y presuntamente visionario.
Más información:
- Better Than The Beatles - El célebre crítico Lester Bangs aclama a The Shaggs como pioneras del movimiento de liberación femenino dentro del rock
- Las inocentes Shaggs - Un comentario favorable de Philosophy Of The World
- My Pal Foot Foot - Página no oficial con numerosa información y artículos sobre este increíble fenómeno musical
Vídeos:
- "My Pal Foot Foot"
Cocteau Twins - "Ella Megalast Burls Forever"
viernes, 3 de noviembre de 2006
De viva voz
Hasta donde yo sé, esta segunda vertiente tiene su origen en la pieza Gesang der Junglinge (1955), del alemán Karlheinz Stockhausen, que empleó como material compositivo la grabación de un chico leyendo un pasaje de la Biblia. Su discípulo y fundador del grupo Can, Holger Czukay, trasladó el experimento a la música étnica con Canaxis (1969), y las primeras obras del compositor minimalista Steve Reich, entre ellas Come Out (1966), también pueden incluirse dentro de este género.
El norteamericano Bob Ostertag, por tanto, no ha sido el primero en explorar esta idea. Eso sí, la ha actualizado por medio de las nuevas tecnologías, y su discografía se puede descargar gratis desde su página web bajo la licencia Creative Commons (la misma que usan la mayoría de netlabels). Cuando me enteré, curioseé un poco y me bajé los dos temas que conforman Sooner Or Later (1991), un trabajo que ejemplifica muy bien las posibilidades inherentes a estos métodos de tratamiento de la voz.
Ostertag pasó gran parte de la década de los ochenta en El Salvador, tiempo durante el cual estudió los conflictos políticos de Latinoamérica y dejó a un lado su labor creativa. Son esas las vivencias que quedan reflejadas en Sooner Or Later. El discurso de un niño salvadoreño que entierra a su padre asesinado, el sonido de las palas que cavan la tumba y el de una mosca que pasaba por ahí (?!) le bastan al compositor para construir "Part One", una serie de variaciones con una duración de media hora.
La grabación original se nos presenta en un principio sin cambios, pero pronto se deja sentir la mano de Ostertag, que aísla determinados fragmentos y los repite hasta la saciedad, o bien los deforma hasta dejarlos irreconocibles. Después de cada pausa, el material cobra una nueva forma, ya sea la de un trallazo de ruido, una combinación de ritmos industriales o un imaginario festival de canto tirolés.
"Part Two" introduce al fin un componente inequívocamente musical: un sample del guitarrista Fred Frith (colaborador habitual de Ostertag, al igual que John Zorn), manipulado hasta crear un entramado a medio camino entre los paisajes sonoros de Robert Fripp y el sonido de un didgeridoo australiano. El desarrollo de esta sección es bastante más lineal y cercano a la "belleza oculta" que se menciona en el libreto del disco. En resumen, una experiencia distinta que recomiendo escuchar un par de veces, aunque sea por curiosidad.
Más información:
- Biografía en castellano - Incluye la traducción del texto en el que Ostertag explica la elaboración de Sooner Or Later
- How To Play Didgeridoo - ¿Y por qué no?
- The Voice - Capítulo del libro de Piero Scaruffi sobre las vanguardias musicales del siglo XX dedicado a los cantantes más innovadores
- Wikipedia
- El futuro está en las tijeras
- Exposición al alma frippiana
- Netlabels (II): aspectos técnicos y legales
Underworld - "Dirty Epic"
domingo, 15 de octubre de 2006
Viñetas troyanas
Lo cierto es que hoy día Raymond Pettibon es una figura reconocida del arte contemporáneo, y su estilo permanece intacto (a mí me recuerda un poco a El Roto). Casi todas sus obras pueden entenderse como viñetas sacadas de contexto, con textos desconcertantes que presentan una nada obvia crítica de la cultura popular americana y que en cierta medida mantienen vivo el espíritu original del punk. Merece la pena echarles un vistazo.
Más información:
- Google
- Under The Covers - Ross McGowan analiza en este artículo la vinculación de Pettibon con la escena musical a la que pertenecía Black Flag
- Wikipedia
Charlie Haden - "Not In Out Name"
sábado, 14 de octubre de 2006
Amigos de Kurt (IV): los Wipers
Hablar de los Wipers es hablar del guitarrista y cantante Greg Sage, fundador y líder indiscutible del grupo. Y Sage es un personaje, cuanto menos, particular. ¿Cómo calificar si no a un tipo que comenzó a escribir canciones porque le gustaban los surcos que la música grabada deja sobre los antiguos vinilos? No resulta de extrañar, por tanto, que la trayectoria de los Wipers haya estado marcada por un desinterés casi insultante a la hora de seguir modas de cualquier tipo. Debutaron en 1980 con Is This Real?, un disco furioso por momentos pero que dejaba entrever el carácter introvertido y romántico de Sage, cuya pasión por el punk no le impidió firmar una serie de canciones con melodías impecables, a veces cercanas al power pop o incluso al rock 'n' roll de los años cincuenta. El segundo álbum de la banda, Youth Of America, (1981) terminaría por definir un vocabulario ya inequívocamente propio, con influencias tan variopintas como los Doors o Black Sabbath.
¿Cuál fue su relación con Nirvana?
Los Wipers eran de Portland, y eso no queda demasiado lejos de Seattle. Kurt siempre fue un gran admirador del grupo: no sólo les ofreció en vano el puesto de teloneros, sino que participó en el disco de homenaje Eight Songs For Greg Sage And The Wipers (1992). Además, los tres primeros elepés de la banda figuran entre los favoritos de Cobain, según la famosa lista que se encontró en sus diarios. Y Greg Sage ha desvelado que poco antes de morir, el líder de los Nirvana le había planteado grabar juntos un disco acústico con versiones de Leadbelly, un cantante folk de principios del siglo XX.
¿Su mejor disco?
Sea el que sea, seguro que está en The Wipers Box Set (2001), una colección que agrupa los tres primeros trabajos de la banda. Me resulta bastante difícil elegir entre Is This Real? y Youth Of America, ya que ambos exploran facetas muy distintas: mientras que en el primero predominan las canciones compactas y directas, el segundo lo componen larguísimos pasajes de guitarras hipnóticas que se adelantan a experimentos similares a manos de Sonic Youth o Dinosaur Jr. Por su parte, Over The Edge (1983) vendría a significar algo así como una síntesis (un tanto descafeinada para mi gusto) entre esos dos estilos. Y en caso de que alguien se quede con ganas de más, la discografía de los Wipers incluye otros seis álbumes, y Greg Sage también tiene algunos trabajos en solitario. Pero esa, como se suele decir, es otra historia.
Más información:
- Allmusic
- Guy's Music Review Site
- Smokebox - Interesante entrevista con Greg Sage
- Zeno Records - Sitio oficial de la banda. Cuidado, porque tiene música a todo volumen y no se puede quitar
Aphrodite's Child - "Break"
martes, 26 de septiembre de 2006
El paraíso de la curiosidad
Mute / Synth-pop
Como quien no quiere la cosa, The Knife son el tercer grupo sueco al que le dedico una entrada en este blog. Casualidades de la vida... El caso es que los hermanos Dreijer se han colocado con Silent Shout en el pelotón de cabeza de un género tan interesante como poco practicado: el pop sintético y vanguardista.
Al intentar describir esta música, me vienen a la cabeza varias comparaciones: Brian Eno, los Residents, Björk, los Talking Heads... pero quizá resulte más fácil recurrir a un referente visual como, por ejemplo, las películas de Tim Burton. The Knife practican la misma morbosidad romántica y crepuscular, aliviada por un sentido del humor sutil pero palpable. Y bajo sus máscaras, estos dos tímidos personajes esconden un sorprendente arsenal de trucos.
La hipnótica base electrónica y los murmullos de ultratumba que introducen el álbum dan paso al pulso machacón de "Neverland", pero no es hasta el tercer tema cuando la cosa se sale de madre. "The Captain" comienza con tres minutos de silbidos árticos, tres minutos que dan al traste con cualquier expectativa del oyente, preparado ya para admirarse con los coros celestiales de la segunda parte.
Y ya a partir de ahí, cabe esperar desde las baladas más tiernas hasta los números bailables más salvajes ("We Share Our Mother's Health" debería ser, en mi humilde opinión y con permiso de Madonna, el tema discotequero del año).
Pese a su variedad, todas las canciones de Silent Shout giran en torno a la particular química que los Dreijer han logrado capturar en el estudio: Karin aporta las melodías y letras, mientras Olof, que se define como "un DJ de mente estrecha al que le encanta el tecno de la vieja escuela" se encarga del envoltorio, que en este caso juega un papel determinante.
El fondo musical suele ser, en efecto, bastante espartano, en la línea de artistas como Isolée, pero The Knife explotan al máximo esa limitación aparente, y la convierten en el mejor apoyo para la voz de Karin Dreijer, tratada artificialmente hasta alcanzar los registros más insospechados: hombre y mujer, niño y anciano, ángel y demonio.
Este travestismo interpretativo tiene gran parte de culpa de la ambigüedad emocional que transmite Silent Shout y, al mismo tiempo, constituye una de sus grandes bazas. No hay más que escuchar "One Hit": una esposa maltratada es quien canta la primera estrofa; en el momento en que su marido toma la palabra, la voz se deshumaniza hasta lo grotesco, en una transformación más elocuente que cualquier parrafada políticamente correcta.
No sé. Este es un disco que estremece, invita a mover el esqueleto y da que pensar a partes iguales. Yo no pediría mucho más. A primera vista, eso sí, algunas de las canciones pueden parecer un poco tontas. Pero es que si nos ponemos más serios de la cuenta, incluso la mitad del Let It Be de los Replacements puede parecer puro relleno. Y de eso ni hablar.
Más información:
- Pitchfork Media - Entrevistas por separado con Karin y Olof
- Sitio oficial
Vídeos:
- "Silent Shout"
- "We Share Our Mother's Health"
- "Marble House"
- "Like A Pen"
Meredith Monk - "Dolmen Music"
domingo, 10 de septiembre de 2006
Amigos de Kurt (III): Shocking Blue
"Yo soy tu Venus, yo soy el fuego de tu deseo". A estos holandeses de principios de los setenta les debemos "Venus", que tengo entendido es la única canción que ha ocupado el primer puesto de las listas de Estados Unidos en tres ocasiones distintas (gracias a versiones posteriores a cargo de Stars On 45 y, glups, Bananarama). Con su llamativa cantante Mariska Veres al frente, Shocking Blue serían algo así como los herederos de la vertiente más ligera de los Jefferson Airplane, entre el rock no demasiado duro y las referencias al folk y el country. También es de destacar el buen hacer del guitarrista Robby Van Leeuwen, autor de un repertorio que incluye otros éxitos menores (la auto-referencial "Shocking You"), y delicadas baladas como "Navajo Tears". En definitiva, un buen descubrimiento para los aficionados del pop-rock más clásico.
¿Cuál fue su relación con Nirvana?
Como veremos en próximas entregas, a Kurt Cobain no sólo le gustaban grupos raritos de los ochenta, y la prueba está en que la canción de Shocking Blue "Love Buzz" aparece versionada en el debut de los Nirvana, Bleach.
¿Su mejor disco?
Ehh... en este caso, y por muy manida que suene la recomendación, creo que un recopilatorio (por ejemplo, The Best Of Shocking Blue, editado en 1994) es la mejor opción. Yo aún me estoy familiarizando con su discografía, y todos los álbumes suyos que he escuchado son bastante sólidos, aunque tampoco me extraña que no hayan pasado a la historia como obras maestras. Una cosa es segura: al contrario que a tantos y tantos grupos de su época, a Shocking Blue nunca se les va la mano en exceso con minutajes excesivos o arreglos recargados. Su música es sencilla y sin pretensiones, y ahí reside su encanto.
Más información:
- Alex Gitlin - Discografía e historia
- Aloha Criticón - En español
Vídeos:
- "Venus" - Su tema más conocido, y sí, el comienzo es parecido al de "Pinball Wizard", de los Who. Por cierto, una pregunta facilita: ¿cuál de los instrumentos que suenan no se ve en el videoclip?
Van Halen - "On Fire"
jueves, 7 de septiembre de 2006
Te quiero, pero blah blah blah
Secretly Canadian / Rock gótico
Pero vamos por partes. Fear Is On Our Side es el primer trabajo de larga duración (demasiado larga, creo yo) de este grupo que viene a sumarse a la fiebre revival de las tendencias guitarreras siniestras de finales de los setenta, con Joy Division como referente principal. Ahora mismo no sabría decir si ILYBICD son mejores o peores que Interpol, los Editors, She Wants Revenge o tantos otros, pero tampoco creo que importe demasiado.
Lo que sí tengo claro es que el gótico es un género carente casi por completo de dos cualidades que yo valoro siempre mucho en la música: humildad y sentido del humor. Pero claro, me pasa lo mismo con King Crimson, y son uno de mis grupos favoritos. El problema entonces reside en que ILYBICD aspiran a causar una profunda impresión en el oyente y, en mi caso al menos, no lo consiguen.
Diré que si bien "The Ghost" es una gran canción (y por supuesto, abre el disco), el resto de los temas me dejan con la sensación de que estos cuatro músicos son un poco... perezosos. A veces me pregunto, ¿dónde está el aliciente en fabricar un sonido tan reconocible, tan fácilmente etiquetable? Si tuviera que describir Fear Is On Our Side en pocas palabras, diría: "correcto, pero bastante aburrido". Más o menos como este comentario.
Neil Young - "For The Turnstiles"
lunes, 4 de septiembre de 2006
Sentimientos
Escucho mucha música, quizá demasiada. Una buena parte de ella pone énfasis en estructuras complejas (muchas veces, retorcidas), en sentimientos como la ironía y la rabia, en letras que parecen disertaciones académicas... Música cerebral, con tendencia a la abstracción, que busca nuevos caminos y no siempre los encuentra... Y a veces olvido la milagrosa calidez y humanidad que se pueden esconder detrás de un sencillo tema soul, por ejemplo. Un saludo a Otis Redding que está en los cielos, porque hacía tiempo que no me emocionaba tanto escuchando un álbum. The Immortal Otis Redding. Vaya que sí.
Susumu Yokota - "My Energy"
sábado, 2 de septiembre de 2006
Joanna se pone épica
Ys se edita en noviembre, y está levantando una revuelo considerable. No es para menos: cinco canciones en cincuenta y cinco minutos, acompañamientos orquestales, imaginería medieval... Casi parece un disco de rock progresivo. Y por si fuera poco, Joanna ha colaborado para su creación con tres eminencias del circuito alternativo estadounidense, de esas que nunca acaparan la atención pero están en todos los fregados. Se las presento:
- A los arreglos orquestales y el acordeón, Van Dyke Parks. Reclutado por Brian Wilson como letrista para Smile (la malograda obra maestra de los Beach Boys), la suya ha sido una carrera discreta pero influyente. Tiene un puñado de discos en solitario, en los que explora su fascinación por el pop kitsch adornado por textos de pretensiones literarias. En el fondo, Parks es un genio incomprendido y que nunca ha desarrollado todo su potencial, pero en sus aportaciones a trabajos ajenos no suele decepcionar.
- En los controles de grabación, Steve Albini. No contento con haber capitaneado algunas de las bandas de noise-rock más inmisericordes de las últimas dos décadas (Big Black, Rapeman y Shellac), Albini se ha convertido en uno de los productores del ámbito independiente más reconocibles, debido al acabado seco y austero que imprime en todo lo que toca. Los Pixies, PJ Harvey y Nirvana, entre muchos otros, han pasado por sus manos.
- Y como autor de la mezcla final, Jim O'Rourke. Prolífico guitarrista y experimentador electrónico, miembro temporal del grupo de post-rock Gastr Del Sol y de los venerables Sonic Youth, se supone que ha sido el encargado de hallar el equilibrio entre la voz y el arpa de Joanna y la suntuosa masa instrumental de la cual se ha rodeado en este álbum.
Más información:
- Milky Moon - Web hecha por y para fans de Newsom, con una reveladora sección de extractos de entrevistas clasificados por temas
- Nota de prensa de la discográfica Drag City sobre Ys
- Ys - Artículo de la Wikipedia sobre la mítica ciudad que da nombre al álbum. Por cierto que Il Balletto Di Bronzo, un grupo italiano de los setenta, tiene uno que se llama igual
- Los chicos de la playa también lloran - Más sobre Smile y los Beach Boys
- "The Book Of Right-On" - Me encanta esta canción
Mark Lanegan - "Down In The Dark"
Blogger incorporará las categorías en breve
Más información:
Temas relacionados:
- Para desafiar las leyes de la tradición - La narración de mis intentos infructuosos en busca de un sistema casero que implementase esta utilidad. Lo último que probé fue el menú desplegable de David Nicholson
Procol Harum - "Nothing But The Truth"
domingo, 20 de agosto de 2006
F de fetos
Más información:
- The Shadow Gallery - Todo sobre el cómic "V de Vendetta"
- Martha & The Vandellas - "Dancing In The Streets"
Pulp - "Lipgloss"
martes, 15 de agosto de 2006
Amigos de Kurt (II): los Meat Puppets
¿Quiénes son?
Uno de los grupos más ilustres del underground americano de los ochenta. Tres hombres (los hermanos Curt y Cris Kirtwood y el batería Derrick Bostrom) y un destino: retomar todo tipo de géneros pasados de moda, desde el country y el rock sureño hasta el heavy metal, desde una óptica surrealista. Y no es casualidad que en buena parte de las portadas de sus discos aparezcan dibujos llenos de colorido; en el mejor de los casos, esta música tendría su equivalente visual en unos entusiastas garabatos infantiles ensamblados hasta dar forma a un mosaico barroco.
¿Cuál fue su relación con Nirvana?
Los Puppets tuvieron la suerte de ser uno de los poquísimos grupos de su generación que seguían en activo cuando llegó el auge del grunge. Ellos nunca encajaron en ningún lado, pero por lo menos en esta época pasaron a disfrutar de un contrato discográfico decente, e incluso de algún éxito radiofónico, como "Backwater". Para entonces ya habían ejercido de teloneros en la gira de presentación del tercer álbum de Kurt Cobain y compañía, In Utero (1993). Pero lo que casi lanza a los hermanos Kirtwood al estrellato (lástima que no fueran suficientemente fotogénicos) fue su aparición como invitados en el concierto acústico para la MTV de Nirvana, en el cual tocaron tres temas de su segundo LP con Kurt como cantante. Se ve que al rubiales debían caerle bastante bien.
¿Su mejor disco?
Meat Puppets II (1984) es un gran trabajo, y contiene los temas favoritos de Cobain, pero yo me decanto por Up On The Sun (1985), un precioso e incongruente ejercicio de plácida psicodelia pop ejecutada con un alto grado de virtuosismo instrumental. De Arizona tenían que ser.
Más información:
- Kirkwood brothers reuniting in Meat Puppets - Últimas noticias: los Kirkwood se reconcilian por enésima vez para sacar un nuevo álbum
- Meat Puppets - El sitio oficial, mantenido por Derrick Bostrom
- Paradise: the land of Meat Puppets - Esta web ofrece numerosos artículos y fotografías
- The SST Records story - Impresionante artículo en tres partes sobre la discográfica independiente en la que los Meat Puppets pasaron sus mejores años. Este sello, fundado por el guitarrista Greg Grinn, llegó a aglutinar a lo más florido del rock alternativo estadounidense, desde Hüsker Dü y los Minutemen hasta Dinosaur Jr. y Sonic Youth
Vídeos:
- "Backwater" - Un videoclip curioso
Jeff Mills - "Fly Guy"
lunes, 14 de agosto de 2006
Amigos de Kurt (I): introducción
Quizá Kurt pensaba en el fondo que la fama no siempre le llega a los mejores, y esta actitud era su forma de compensar un poquito la balanza. Sea como sea, se me ha ocurrido dar un repaso a la lista de nombres, algunos más obvios que otros, que le influyeron. Ya adelanto que habrá bastantes sorpresas.
Nina Hagen - "Wir Leben Immer Noch"
El post-metal en tres sencillos pasos
Esta entrada, sin embargo, versa sobre el post-metal, su rama más experimental y vanguardista. El origen de esta deformación podría localizarse en los primeros trabajos de Metallica. Su forma de entender el género, sin concesiones al efectismo ni a las baladas de estadio, tardó algo en calar. Pero a comienzos de los noventa multitud de grupos empezaron a asimilar influencias varias, como el rock progresivo y la música industrial; se abrió así una tercera vía, junto a los estilos comerciales (el hair metal, que sería sustituido por el grunge y el nu metal) y el puro machaconeo a la velocidad de la luz del trash, el grindcore y similares.
Delimitar la esencia del post-metal es complicado: ya digo que durante la pasada década fueron muchas las bandas (algunas tan interesantes como Type 0 Negative, Fear Factory o Neurosis) que con sus esfuerzos consiguieron que la credibilidad artística del rock pesado subiera muchos enteros, y salvo el ansia de renovación, poco tienen en común. Sería imposible mencionarlas a todas, así que me conformaré con comentar tres discos que permiten hacerse una idea de la variedad de propuestas que hoy día ofrece el género.
Earth - 2 (1993)
Una idea simple, y tan revolucionaria. En décadas anteriores, a casi nadie se le había ocurrido explorar de manera sistemática las posibilidades instrumentales del heavy metal. El grupo del guitarrista Dylan Carlson llevó a comienzos de los noventa esa premisa hasta el extremo, y dio con una combinación a priori improbable: el metal ambiental, lo que ahora se conoce como drone metal, o metal a base de murmullos. Este álbum consiste en setenta minutos de agónicos fraseos de guitarra (con el único acompañamiento de un bajo eléctrico), inconfundiblemente metálicos pero sacados de contexto: en vez de frenéticos o agresivos, Earth suenan meditativos, como si Tony Iommi hubiera encendido el equipo de grabación en pleno trance lisérgico tras mandar a paseo al resto de los miembros de Black Sabbath. El resultado es un heavy metal a cámara lenta que en la actualidad siguen al pie de la letra formaciones como Sunn 0))) o los japoneses Boris.
Today Is The Day - Sadness Will Prevail (2002)
Today Is The Day se especializan en un tipo de música psicológica y afilada, y han desarrollado durante más de diez años una carrera tan interesante como impredecible. Su líder Steve Austin es, además de un admirador de King Crimson y Black Sabbath, uno de los compositores más versátiles del heavy metal moderno. Y menos mal, porque de lo contrario, las más de dos horas de duración de Sadness Will Prevail, penúltimo álbum del grupo hasta la fecha, serían insoportables por completo. En vez de eso, este mamotreto constituye una verdadera biblia del post-metal, en el que los tonos increíblemente sucios de la guitarra conviven con toques de violín y piano, voces distorsionadas y toda clase de perversiones sonoras. Los necesarios aunque escasos momentos de tregua se esparcen entre las piezas instrumentales, que ocupan la mayor parte del segundo CD. Se trata además de un disco bastante personal: "Death Requiem" es el particular "My Way" de Austin, aunque no creo que jamás lo vayamos a escuchar en un ascensor.
Orthrelm - OV (2005)
Las canciones de duración normal no se hicieron para este dúo de guitarra y batería. Así, si hace unos años metieron en un EP ¡99 en 13 minutos!, con OV se han lanzado a componer una pieza de 45 minutos marcada por el minimalismo. Lo cual quiere decir que es muy, muy repetitiva. Los detractores de este álbum dicen cosas como "menudo bodrio, la guitarra repite las mismas tres notas durante diecisiete minutos". Y bueno, esa es una forma de verlo. A esas alturas, yo ya me he perdido en este torbellino de virtuosismo, tan absurdo que adquiere un nuevo grado de trascendencia. Mick Barr tortura los registros más agudos de su guitarra hasta que la vertiginosa sucesión de notas resuena en los oídos como un coro de gaviotas asesinas. Toda una prueba maratoniana de resistencia física y mental: si, como da la sensación, los chicos de Orthrelm grabaron este disco de una tacada, debieron de caer rendidos justo después.
Ni que decir tiene que no es recomendable adentrarse por estos caminos inhóspitos sin haber asimilado antes por lo menos el grueso de la discografía clásica de Black Sabbath, Deep Purple y Led Zeppelin. Avisados están.
Temas relacionados:
Djam Karet - "Night Of The Mexican Goat Sucker"
Los móviles son los nuevos mecheros
¡Para que luego digan! Este fin de semana estuve en Tenerife, y fui a ver a la estrella de R&B inglesa Craig David, que dio en el municipio de Candelaria el último concierto de su gira mundial de presentación de su tercer álbum, The Story Goes... (2005). Un repaso rápido a las cifras del dossier de prensa dan muestra de lo que fue aquello: 12 músicos acompañantes, un sistema de iluminación de 180.000 vatios, un campo de fútbol por escenario, con un aforo de 10.000 personas (casi lleno), etc.
Por supuesto, semejante despliegue tiene poco o nada que ver con la música en sí, pero esta vez no me voy a poner demasiado exigente. Craig David ofreció una buena actuación, arrancó los correspondientes suspiros a las adolescentes de las primeras filas (sobre todo cuando pronunció tres tórridas frases en castellano), y entretuvo a los demás asistentes con sus canciones, melódicas, bailables y moderadas. La banda, muy correcta, pudo incluso mantener la excitación del público durante los breves momentos en que la estrella abandonó la escena.
David cantó sus temas supuestamente más célebres (entre ellos, los pegadizos "Walking Away" y "What's Your Flava?"), y se marcó en el bis una balada con acompañamiento de piano que me hizo recordar a Marvin Gaye en su vertiente más sensual. Su voz tiene un registro bastante más limitado, pero el chaval se defiende.
La anécdota de la noche la protagonizaron los teloneros, una numerosa agrupación de cantantes e instrumentistas que se despidió al ritmo del riff de "Seven Nation Army", de los White Stripes. Un poco fuera de lugar, pero me hizo gracia.
Vídeos:
- "Walking Away"
Estoy escuchando
Mojave 3 - "Bringin' Me Home"
domingo, 6 de agosto de 2006
El futuro está en las tijeras
De tales condicionantes técnicos y "de carácter" se deduce entonces que la aparición de un nuevo instrumento puede abrir horizontes, e incluso dar lugar a nuevos estilos: la guitarra eléctrica tuvo mucho que ver con el surgimiento del rock & roll en los años cincuenta, a pesar de que algunas de sus primeras estrellas fueran pianistas, como Little Richard y Jerry Lee Lewis.
A finales de los sesenta, una nueva revolución prometía poner a disposición del artista en un solo aparato toda la paleta de sonidos musicales conocidos, y muchos inéditos hasta entonces. El teclado Moog y el mellotron dieron paso al sintetizador, y la música electrónica abandonó los laboratorios acústicos y llegó al ámbito popular. Sin embargo, su uso masivo reveló graves limitaciones: en manos de mentes poco imaginativas, este instrumento ofrecía imitaciones pobres y sin matices, que fueron la base del aberrante "sonido de los ochenta" de Modern Talking y compañía.
Si he hecho este pequeño recorrido es porque quería señalar que una de las vías más interesantes que veo en la música de comienzos del siglo XXI es la composición a través de samples. Ya expliqué en qué consisten hace unos meses en una entrada sobre hip-hop titulada DJs, MCs, R2-D2. Pues bien, esta herramienta (manejada ahora por ordenador, al igual que las nuevas cajas de ritmos) la utilizan también artistas electrónicos como Squarepusher, Spring Heel Jack o The Books. De esta forma consiguen asimilar lenguajes en principio poco compatibles con el suyo, como los del jazz o el folk. Estamos hablando de una forma de hacer música en la que conviven muestras tratadas hasta lo irreconocible (propios y ajenos, de instrumentos, de voces, de toda clase de sonidos), y que a menudo se sirve de los retorcidísimos ritmos del drum and bass.
Pero quizá las dos figuras que mejor están explotando este nuevo género aún por definir sean DJ Shadow y Amon Tobin. Su música es electrónica en el proceso, no en el resultado. Discos como Endtroducing... (1996) y canciones como "The Nasty" demuestran lo que se puede conseguir por esta vía, cuyos únicos límites residen en la destreza y la inventiva de cada cual.
Frank Zappa decía que de las orquestas le encantaba el sonido y odiaba a los músicos. En la actualidad, la tecnología pone a nuestra disposición una agrupación virtual de instrumentos, con una variedad infinita y capaz de ejecutar las partituras más complicadas sin quejarse ni pedir vacaciones. La pregunta es, ¿a qué esperan los compositores del presente para familiarizarse con estos métodos?
Más información:
- Mellotrons, Chamberlins and their sounds - Información sobre este curioso instrumento empleado por numerosos grupos de los sesenta y los setenta para sustituir el sonido de una sección de violines (hay por ahí una lista de los álbumes en los que aparece)
- Sampling - Artículo de la Wikipedia
Spring Heel Jack - "Suspensions"
sábado, 5 de agosto de 2006
Se va el amor
Más información:
- Arthur Lee, un genio de la música pop - Obiturario en elmundo.es
domingo, 30 de julio de 2006
El punk que nunca fue
Más tarde llegarían los Ramones, Wire, y Hüsker Dü (New Day Raising tampoco me convenció, pero Zen Arcade ha sido uno de mis discos favoritos desde que me lo prestaron, junto al Larks' Tongues In Aspic de King Crimson).
Esto me lleva a uno de los últimos exponentes del género que he escuchado. Se titula, parafraseando al músico de jazz Ornette Colemann, The Shape Of Punk To Come (1998). Es el tercer álbum de la banda sueca Refused, e intenta justamente eso, añadir algo nuevo a un panorama muy trillado.
La renovación propuesta por estos chicos tiene su más claro precedente en la banda de Washington de principios de los noventa Nation Of Ulysses, y pasa por incluir interludios de jazz, música electrónica y clásica. La cosa tiene su gracia (al final de la primera canción, un DJ italiano introduce emocionado un remix tecno del tema "Refused Party Program"), pero el núcleo de este álbum es pura furia, a poca distancia de grupos actuales de hardcore extremo como Dillinger Escape Plan o los Blood Brothers. El cantante utiliza el mismo tono incendiario, que más que un grito, es un gruñido amplificado y casi ininteligible que sale de lo más profundo de la garganta.
¿Veredicto? La aparente fusión revolucionaria que proponen Refused no es tal, sino mera yuxtaposición. Es decir, los elementos ajenos al punk monocromo y ensordecedor que constituye la esencia del grupo sirven poco menos que de adorno. De todas formas, le quitan algo de hierro al asunto, y la ambición y amplitud de miras presentes en esta grabación me parecen merecedoras de aplauso. Buen trabajo.
Más información:
- Refused Are Fucking Dead - Sitio oficial
Y esta vez, no preguntes de qué depende
Young God Records / Canción de autor
En contrapartida, estos son los dos discos más breves de su carrera, con poco más de media hora de duración cada uno. Un detalle de agradecer, desde luego, porque este es un tipo de música que empalaga pronto. Lo cual no quiere decir que Germano haya perdido su talento de la noche a la mañana.
El tiempo ha acentuado si cabe su fascinación por las sonoridades siniestras: en "In The Land Of Fairies", Lisa revisita por enésima vez sus recuerdos de niñez, pero ahora el resultado es tétrico más que reconfortante. Y en el resto de los temas, la amenaza de un ataque de histeria que nunca llega bulle bajo una superficie que transpira sopor en abundancia. El piano cruje con cada melodía triste y anémica, y no queda espacio para ninguna distracción, ni siquiera para los detalles cómicos que aderezan gran parte de su discografía, incluso en su obra más sombría hasta la fecha, Geek The Girl (1994).
In The Maybe World sorprende poco, y ni siquiera es el mejor disco que Lisa podía haber concebido en este punto de su trayectoria. Pero le augura un atardecer creativo sosegado y digno, y es un álbum que conserva cierta coherencia en sus planteamientos: sería difícil imaginar una representación musical más adecuada para el mundo interior, onírico y depresivo, desde el que retransmite Germano sus letanías. Lástima que en favor de esta creciente identificación anímica Lisa haya tenido que sacrificar la vitalidad, cuando no la magia, que solía caracterizarla.
Temas relacionados:
sábado, 29 de julio de 2006
La triste Lisa
Escribir una entrada sobre Lisa Germano no sería una mala manera de volver a la acción, supongo. Más que nada porque acaba de sacar su último álbum, In The Maybe World. Y porque es quizá mi cantautora favorita después de Joni Mitchell, claro.
Lisa ha sido una artista tardía, aunque he oído que hacía música ya de niña. Debutó en solitario con más de treinta años a comienzos de los noventa, después de haber trabajado en la banda del imitador de Bruce Springsteen por excelencia (sólo que aún peor), John Mellencamp. Menos mal que ella nunca volvió por tales derroteros. No, el estilo de Lisa Germano se caracteriza ante todo por la claridad melódica de sus canciones y los inusuales arreglos, foco de la mayor parte de la tensión. Dicho de otra manera, le gusta sabotear sus melodías, a menudo tan sencillas como bellas, envolviéndolas en extrañas combinaciones de instrumentos. Ella toca el violín, la guitarra y el piano, pero en sus discos, a menudo fruto de colaboraciones con unos pocos intérpretes escogidos, también pueden escucharse cajas de ritmos, oboes, maullidos de gato, llamadas telefónicas, casi cualquier cosa.
Con todo, y a pesar de que su música tiene muy poco que ver con el pop convencional, no resulta ni mucho menos inaccesible por vocación. Lisa tiene un sentido del humor algo retorcido, aunque con su forma de cantar a veces no se note demasiado. Y es que poco importa el estado de ánimo que quiera transmitir, deprimido o eufórico, Germano rara vez supera la intensidad de un susurro.
¿Qué lugar ocupa entonces esta muchacha perpetua de Indiana en el panteón de las cantautoras de los noventa? Digamos que tiene algo de la audacia compositiva de la mejor Tori Amos, aunque empleada con mayor sutileza, del gusto por las atmósferas etéreas de Sarah McLachlan y del infantilismo bien entendido de Björk, si bien como cantantes ambas no podrían diferir más. Y por encima de cualquier comparación, Lisa Germano lleva quince años haciendo música a su manera, sin apenas ruido. No siempre ha podido vivir de ello (su trabajo en una librería le ha ayudado a pagar algunas facturas), pero a mí personalmente me ha hecho un poco más feliz.
Por cierto, lo de John Mellencamp y el Boss era broma. No tengo nada en contra de ninguno de los dos, aunque no me interesan en lo más mínimo.
Joe Cocker - "With A Little Help From My Friends"
miércoles, 26 de abril de 2006
¿Y a mí qué me cuentas, Neil?
Que Neil Young ha escrito algunas de las páginas más gloriosas del rock americano, no se lo discute nadie. En su amplio repertorio también hay sitio para algunos bodrios considerables, para qué negarlo. Pero nada de esto le convierte en un brillante analista político.
Ojalá me equivoque, pero me parece que Living With The War va a tener una fecha de caducidad corta, cortísima. El disco se podrá oír gratis en la web del artista a partir del día 28.
miércoles, 19 de abril de 2006
Dejadez previa al parón primaveral
sábado, 8 de abril de 2006
¿Por qué escuchamos música?
Si cada día absorbemos toneladas de información visual, no es menos cierto que también nuestros oídos se llevan lo suyo.
Así, de buenas a primeras, yo distinguiría las siguientes funciones principales que la música tiene en nuestras vidas:
- Sincronización utilitaria. Ejemplos: aeróbic, marchas. Por sus cualidades rítmicas, la música permite coordinar movimientos y tareas.
- Sincronización artística y comercial. Ejemplos: bandas sonoras de películas, canciones de anuncios, ballet, ópera. La imbricación entre los elementos es compleja, va más allá del ritmo. La música puede adoptar en un momento dado el papel protagonista, como en el caso de los musicales y los videoclips.
- De fondo. Ejemplos: música ambiente, hilo musical. Está ahí, pero sin estorbar. No guarda relación con lo que se está haciendo, es fácil olvidarse de ella. Puede tener como finalidad la relajación.
- Social. Ejemplos: fiestas, discotecas, algunos conciertos. La música es el centro de la actividad y tiene una función integradora, aunque a veces esté tan alta que nos impide hablar con es@ chic@ tan guap@.
- Actividad independiente. La música como fin en sí mismo, escuchada con suma atención.
Con esto no quiero decir ni mucho menos que la que a mí me gusta sea la única música que cumple con estas características, ni que toda la de uso funcional sea de mala calidad. Simplemente pretendo que esta reflexión plantee algunos interrogantes. Yo escucho música para descubrir nuevas sensaciones. ¿Y ustedes?
Mo Boma - "Terrace"
viernes, 7 de abril de 2006
Alucinaciones de brocha gorda
Sinnamon Records / Psicodelia
No voy a erigirme ahora en gran conocedor de la escena musical sueca, porque nada más lejos de la verdad (los interesados harían mejor en consultar este listado de la Wikipedia). Aparte de "Dancing Queen" y la inevitable "The Final Countdown", he escuchado un pelín a un grupo de heavy metal llamado Opeth, a los Hives, y poco más. Sin embargo, eso no me impide apreciar Ta Det Lugnt, el tercer trabajo de Dungen, que data de 2004 pero acaba de editarse en nuestro país.
La biografía de Gustav Ejstes no concuerda con la del típico personaje obsesionado con reproducir al milímetro todos los matices de las grabaciones psicodélicas de los Beatles, los Who, o Jimi Hendrix, aunque es cierto que le seduce el género: el líder de Dungen se crió en el campo, su primera pasión musical fue el hip-hop, domina varios instrumentos, y canta en su lengua materna.
El título del álbum podría traducirse, o eso dicen, por "tómatelo con calma". Sin embargo, Ta Det Lugnt remite a la vertiente más espontánea y roquera de la psicodelia. Una batería sutil cual elefante nos da la bienvenida en "Panda", y a lo largo de los doce temas siguientes las guitarras de alto voltaje a cargo de Reine Fiske dibujan una densa selva sonora en la que caben guiños al jazz-rock de Soft Machine o las armonías vocales de los Byrds.
Sobre esta base, el cuarteto construye su propio universo atemporal. El sentido melódico de Ejstes es algo torpe, pero tiene la ingenuidad y el encanto de lo verdadero. Los aficionados a la música de los sesenta que no estén anclados en el pasado lo sabrán valorar en su justa medida.
Más información:
- Pitchfork Media
- PopMatters - Entrevista con Gustav Ejstes
- Sinnamon Records
- Sitio oficial
- "Panda"
Estoy escuchando:
Flibbertigibbet - "Episodes"
jueves, 6 de abril de 2006
Para desafiar las leyes de la tradición
Hay dos formas de acceder: bien desde cada entrada, bien desde la casilla despegable de temas de la izquierda. La primera opción es mucho más precisa, porque he incluido unos caracteres extraños que deberían acotar la búsqueda, pero parece que Blogger tarda en registrar estos cambios, así que de momento no funciona. Y ni siquiera tengo claro que consiga incorporar las entradas antiguas.
El menú de temas, en cambio, trabaja con unos términos más comunes, así que no tiene demasiada gracia, pero es que quería ver resultados inmediatos por algún lado. Si lo otro marcha bien, habrá modificaciones. En fin, en este momento no tengo muy claro que valga la pena tanto enredo, pero ahí está.
Más información:
- .Net Compact Framework Tutorial - De donde saqué la idea
- About.com - Otras alternativas
- Labelr - Esta página promete una solución definitiva al problema, lástima que todavía esté en fase experimental
sábado, 1 de abril de 2006
Exposición al alma frippiana
Robert Fripp, guitarrista y líder del grupo de rock progresivo King Crimson, es el prototipo del músico cerebral y frío, al que no le interesa lo más mínimo plasmar su personalidad en lo que hace. A pesar de ser el único nexo común en todas las encarnaciones del Rey Carmesí, este excéntrico gentleman no suele monopolizar las tareas creativas, y a menudo la calidad de su música depende del nivel de los colaboradores de turno.
De ahí los llamativos cambios estilísticos atravesados por la banda a lo largo del tiempo: In The Court Of The Crimson King (1969), un debut considerado el punto de partida oficial del movimiento progresivo (uno de los más pujantes en la primera mitad de los setenta), no tiene casi nada que ver con trabajos posteriores como Larks' Tongues In Aspic (1973) o Discipline (1982).
Como artista en solitario, Robert Fripp suele rehuir del formato canción (al fin y al cabo, nunca canta ni escribe letras) para centrarse en la música instrumental, bien pseudobailable, bien cercana a lo ambiental. Uno de sus principales descubrimientos es una técnica de superposición de los sonidos de su guitarra que desarrolló junto a Brian Eno en No Pussyfooting (1973) y a la que primero denominó Frippertronics (a su manera, el hombre tiene algo de sentido del humor), y más tarde Soundscapes o paisajes sonoros.
La verdad es que escuchar todo un disco de Frippertronics puede resultar muy cansino, pero si se usan como complemento de canciones convencionales, la cosa cambia. Exposure (1979) es el mejor ejemplo de ello, y una oportunidad única para asomarnos al lado más humano de Robert Fripp. Este álbum supone una anomalía en su discografía al margen de King Crimson, en buena parte debido a las circunstancias que rodearon su gestación.
En 1974, Fripp decidía disolver King Crimson y anunciaba su retirada del mundo de la música. Después de tres años alejado de la vida pública, pasó algún tiempo como músico de estudio y productor. Resulta muy significativo que Robert Fripp fuera una de las pocas figuras de su generación respetadas por los jóvenes músicos del punk y la nueva ola. Él, que había sabido cuándo abandonar la escena para no convertirse en un dinosaurio, era ahora reclamado por David Bowie, Blondie y los Talking Heads.
Para grabar Exposure, por tanto, Fripp contó con una nutrida lista de invitados. Se trata de un disco alejado tanto de los clichés del rock progresivo (muchos de los cuales él había contribuido a crear) como de la parafernalia comercial setentera. A una media de menos de tres minutos por canción, se observa un acercamiento evidente a tendencias más modernas: "Disengage" y "I May Not Have Had Enough Of Me But I've Had Enough Of You" son auténticas explosiones de un cubismo punk que dejaría fuera de juego a los mismísimos Sex Pistols.
Pero lo curioso es que, a pesar de la sucesión de intervenciones por parte de Peter Hammill, Phil Collins a la batería, y hasta Daryl Hall (sí, el del dúo de rock suave Hall y Oates), Exposure es un disco muy personal, el testimonio de quien ha superado un crítico periodo de confusión y se prepara para volver al primer plano. Aquí conviven el pasado y el futuro de King Crimson: "Breathless" actualiza "Red" vía Frippertronics, mientras que "North Star" es el prototipo de baladas como la bella "Matte Kudasai".
Algunos temas reciclan las aportaciones efectuadas por Fripp después de su reaparición a discos de otros artistas. La canción "Exposure", incluida originalmente en el segundo álbum solista de Peter Gabriel, combina un ritmo repetitivo, deletreados y lo que parece una sesión de grito primario a cargo de una de las hermanas del grupo folk The Roches.
Pero el momento más estremecedor llega al final, cuando la lejana premonición apocalíptica de "Water Music I" tiene su respuesta en el melodrama de "Here Comes The Flood", interpretado por Gabriel al piano. Los siguientes minutos de "Water Music II", Frippertronics en estado puro, ponen el broche a un álbum ecléctico y estimulante, pieza clave para recomponer el puzle frippiano.
Cuando King Crimson regresaron a comienzos de los ochenta, a muchos les costó reconocer en su nueva música, de influencias africanas y minimalistas, la verdadera esencia del grupo, que en el fondo no es otra que el cambio constante, el progresismo bien entendido. En los últimos diez años, el grupo sí que ha traicionado bastante esta filosofía en mi opinión, aunque se niegan a tocar la mayoría de sus temas antiguos y se mantienen con dignidad.
Más información:
- The Exposure Pages - Sección de la web crimsoniana Elephant Talk
- Robert Fripp, From Crimson King To Crafty Master - Libro en línea de Eric Tamm
The Insect Trust - "Trip On Me"
jueves, 30 de marzo de 2006
miércoles, 29 de marzo de 2006
¡Chispeante!
Gut Records / Pop Orquestal
Después de haber pregonado a los cuatro vientos la buena nueva de la llegada de otra obra maestra a cargo de los inclasificables Sparks (en un artículo que recomiendo como introducción a este comentario), pensaba que me tocaría ahora desinflar un poco el globo.
Y es que en las primeras escuchas Hello Young Lovers no acabó por seducirme del todo. Me encontré con un disco mucho menos rítmico que Lil' Beethoven (2002), y parecía que hasta aburrido. Me equivoqué.
¿Dónde está el truco? En encontrar nuevos matices dentro de una fórmula original y sorprendente, pero algo limitada. Con Lil' Beethoven, Sparks se colocaron a la vanguardia de los intentos por acercar los principios del minimalismo a la música pop. Esto quiere decir que las canciones no se regían por una tradicional estructura de estrofa-estribillo-puente, sino que surgían de la sucesión y combinación de una serie de breves frases musicales. Más o menos lo que los Talking Heads hicieron en algunos temas de Remain In Light, sólo que con una orquesta de fondo en vez de sonidos de electrónica funky.
El minimalismo es una corriente de la música clásica contemporánea bastante alejada del extremismo atonal que aqueja a gran parte del género, y tiene en Philip Glass a su representante más famoso. Sufjan Stevens es otro artista actual que, al igual que Sparks, bebe de esta tendencia con un éxito considerable, aunque partiendo del folk.
Los hermanos Mael, en cambio, son un grupo marcadamente pop, y no renuncian a las melodías con gancho. Con la particularidad de que las superponen hasta el infinito en una espiral de voces que da un poco de vértigo. En eso recuerdan a Queen, pero por algo Sparks sacaban ya discos cuando Brian May aún estaba fabricando su guitarra en el taller de su padre.
Hello Young Lovers forma un ciclo de canciones que examinan las relaciones amorosas desde ángulos insospechados: "(Baby, Baby) Can I Invade Your Country" equipara el acto de la seducción con las agresiones militares entre países, en "Here Kitty" un gato subido a un árbol se convierte en la excusa perfecta para ligar con un bombero, etc.
"There's No Such Thing As Aliens" es el único tema que se salta el guión, pero actúa como breve interludio antes de la desconcertante "As I Sit Down To Play The Organ At The Notre Dame Cathedral". Aquí Sparks tiran la casa por la ventana. Sus siete minutos son una densa masa de saltos bruscos acompañados, no podía ser de otra manera, de un sonido de órgano de iglesia a cargo de Ron, que retoma así la admiración por Bach de la cual ya dio muestras en la introducción de "This Town Ain't Big Enough For Both Of Us", allá por 1974. El resultado, como podrán imaginarse, oscila entre lo genial y lo irritante.
Sin embargo, el resto del disco es bastante más accesible: "Perfume" (que se ha colado en la lista de éxitos británica), "Waterproof" y "Metaphor" son canciones compactas y simpáticas que explotan con sutileza la vena misógina que a menudo subyace en las letras de Sparks. Si se escuchan por separado, quizá no den la medida de la ambición que Hello Young Lovers oculta bajo una ironía marca de la casa. Y es que este nuevo trabajo de los Mael les seguirá sonando a algunos una broma graciosilla pero irrelevante (los mismos que se arrastran ante el altar del último alma atormentada sin nada que decir), pero los reafirma en su posición de outsiders más interesantes de la música pop del siglo XXI.
Más información:
- "The Rhythm Thief" - Éste el tema que abre Lil' Beethoven y que expone el concepto detrás del álbum. Lo del ladrón del ritmo viene a cuento de que Sparks pretendían hacer una música bailable no convencional, sirviéndose de elementos de la música clásica y la ópera sometidos a una repetición constante. Por eso cantan "luces fuera, Ibiza", y aparecen metrónomos dentro de cajas fuertes, violines y bailarinas enjauladas. ¡Qué cosas!
Don Cherry - "Smiling Faces, Going Places"
martes, 28 de marzo de 2006
Mínimo esfuerzo
¿Verdad que no suena tan mal? Soy consciente de que este blog corre el riesgo de convertirse en un escaparate de enlaces intrascendentes, pero en este preciso instante es todo lo que me siento capaz de aportar. Que ustedes lo disfruten con salud.
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viernes, 24 de marzo de 2006
Grillos en la inmensidad del universo
Hacía cinco años que Arístides Moreno no pisaba Madrid. Aquí comenzó su carrera en 1996, después de una etapa de indefinición profesional en su vida ("soy licenciado en COU", bromea). Y hoy, 21 de marzo de 2006, hemos estado esperándole en Libertad 8 la media hora de rigor para que salga y nos deleite con su repertorio, que él describe como una "proyección de la realidad sometida a distorsión".
Arístides ha dejado su Gran Canaria natal para presentar en este local abarrotado su último trabajo, Espectro Lumínico (2005). Sube al escenario, y parece un cruce entre Manu Chao y Tamariz. Comienza con un recitado casi en clave de blues. "La música y el amor son lo único verdadero", canta con cadencia pausada. Es esta una introducción misteriosa y que me deja un poco frío, pero enseguida nuestro héroe se suelta y desgrana su sarta de historias que tienen por protagonistas a personajes tan variopintos como el virus de la gripe, el Corsario de la Biosfera ("un héroe espacial venido a menos") o el agua con gas, y que sin embargo no escatiman referencias al deterioro del medio ambiente o las corruptelas políticas. El público, mientras tanto, canta con alegría los pegadizos estribillos.
Y como no podía ser de otra forma, la susodicha operación distorsionadora también se manifiesta en términos musicales: el irreverente Arístides se atreve con todo, desde el reggae y la samba hasta el flamenco o los solos de guitarra improvisados ("contemporáneos", como él los llama). Y siempre es capaz de arrancar otra sonrisa más cuando cita en medio de un tema a los Sabandeños, "La Macarena", o la sintonía de El Coche Fantástico. Por eso, cuando acaba el concierto, tras dos horas y media de acrobacias vocales y derroche de buenas vibraciones, todos nos sentimos en casa, sin importar nuestra procedencia.
Al final de la actuación, Arístides tuvo la amabilidad de contestarme a unas pocas preguntas:
¿Qué te hizo decidirte a venir a Madrid hace diez años? Obras y socavones aparte, ¿cómo lo has encontrado desde la última vez?
Fue una aventura, no conocía a casi nadie, pero quería vivir de esto. Madrid sigue igual que siempre.
¿Crees que falta sentido del humor entre los cantautores?
No, cada uno tiene su camino, y yo he tomado el del humor, aunque no me considero humorista.
¿Qué buscas con tu música?
Que la gente se lo pase bien y luego, que piense, que reaccione. Siendo de Canarias, estoy a favor del mestizaje musical: siempre he dicho que nosotros pertenecemos a África en lo geográfico, a Europa en lo cultural, y a Latinoamérica con el corazón.
¿Cuál crees que será el futuro de la industria discográfica?
No sé, lo más probable es que se tienda hacia la autogestión.
Miles Davis - "Madness"
jueves, 23 de marzo de 2006
Probando, probando...
Mañana, la crónica del concierto (ya va siendo hora) y una breve entrevista.
Denise Motto - "IMNXTC"
lunes, 20 de marzo de 2006
Una cita
Arístides Moreno es un cantautor canario poco conocido en la península, pero los que somos de su tierra natal aún recordamos la canción con la que saltó a la fama en 1998, "Horcon Boys", la cual relata las andanzas de un empleado en una plantación de plátanos.
La música de Arístides, en definitiva, derrocha buen humor y surrealismo lírico. Actúa mañana, martes 21 de marzo, en el local madrileño Libertad 8. El show comienza hacia las 21:30 horas, y la entrada es libre. No me lo perdería por nada del mundo.
Más información:
Los residentes se van de compras
El álbum en cuestión, Eskimo (1979), es una recreación ficticia de la música del pueblo esquimal. Se trata de una serie de paisajes sonoros que representan historias sobre cazadores de morsas y ritos ancestrales. Y esa no es ni de lejos la idea más descabellada que han tenido: la discografía de los Residents está plagada de experimentos como The Commercial Album (1980), que incluye cuarenta canciones de un minuto cada una, o The Third Reich & Roll (1976), una colección de desfiguradas versiones de clásicos de los sesenta. Me preocupan los efectos que su exposición a los medios de comunicación masivos podría tener sobre la población española.
Más información:
Al Green - "Feels Like Summer"
La venganza del clan
Casi treinta años después, son uno de los puntos de referencia primordiales para bandas como Bloc Party, Franz Ferdinand y los Arctic Monkeys. Vamos, que los copia todo el mundo. Y ellos, que no tienen un pelo de tontos, han aprovechado para regresar en su formación original y saborear un poco los laureles que se les negaron en su época. El año pasado sacaron Return The Gift, una confusa colección en la que regraban sus antiguos temas, al parecer porque no estaban satisfechos con el sonido de la batería.
Cuestiones técnicas aparte, lo cierto es que la actual fiebre revival que rodea a The Gang Of Four no tiene en cuenta algunos aspectos esenciales del grupo. Sus letras, sin ir más lejos. Por primera vez, la crítica antisistema en el rock tenía una base teórica sólida: no es casualidad que los de Leeds tomaran prestado el nombre a un grupo de maoístas radicales que organizaron la revolución cultural china (1966-69).
Sin comulgar necesariamente con tales ideas, ellos intentaban desmontar en los textos de sus canciones las falsedades que rodean a las relaciones sociales y personales. Y sí, es posible bailar frenéticamente al ritmo de frases como "a veces pienso que te amo, pero sé que sólo es lujuria".
The Gang Of Four no fueron los únicos en dar respuesta a finales de los setenta a la ortodoxia impuesta desde ciertos sectores del punk británico. Les acompañaban Public Image Ltd., The Pop Group, The Slits. Grupos que merecen ser recordados como adalides del post-punk, un movimiento que aguarda en la cuneta a los melómanos intrépidos.
Más información:
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domingo, 19 de marzo de 2006
Teoría conspiratoria
Basta con introducir dos nombres en las casillas del cuadro "Create Map", y la página se encarga de generar el esquema. No sirve absolutamente para nada, pero es entretenido.
Four Tet - "Slow Jam"
Los chicos de la playa también lloran
Ese de ahí arriba es Brian Wilson, el líder en la sombra de los Beach Boys. ¡Los Beach Boys! Sí, ¿y quién más? ¿Cher? Cuidado. Circulan por ahí muchas ideas erróneas sobre la que durante un tiempo fue la banda más querida de América. De hecho, la suya es una de las trayectorias con más altibajos artísticos y comerciales de la historia del rock.
Bien es cierto que la imagen esa de ñoños que tienen se la han ganado a pulso, pero eso no es culpa de Brian, sino del mastuerzo (en el mal sentido) de su primo Mike Love, que tenía la sensibilidad de una caja de zapatos y era el que escribía la mayoría de las letras que tenían que ver con sol y playa. Brian bastante tenía con componer canciones preciosas y arreglar unas armonías vocales que, por cierto, nadie ha logrado superar después, todo ello compitiendo con esa apisonadora que eran los Beatles. Hasta que se rompió.
Y es que los Beach Boys atravesaron cuatro etapas bien distintas:
- De 1962 a 1965: la época de éxitos como "Surfin' Safari" (y "Surfin' USA", y "Surfer Girl", y...). El grupo, bajo el mandato de Brian (que componía la mayoría de los temas y, cosa inaudita, produjo él mismo los álbumes del grupo a partir del tercero), se convierte en el máximo exponente del sueño americano, pero el carácter introvertido de Brian y la complejidad de temas como "California Girls" presagiaban cambios.
- De 1966 a 1967: Brian decide que ya no quiere seguir yendo de gira con el grupo. Prefiere centrarse en los procesos de composición y grabación. Así nace Pet Sounds (1966), su "sinfonía adolescente dedicada a Dios", un álbum tenido en altísima consideración por los entendidos y que no alcanza el éxito comercial esperado. Tras el lanzamiento del revolucionario sencillo "Good Vibrations", Brian se lanza a grabar Smile, una ambiciosa obra que dejará inconclusa. Sufre una crisis nerviosa y se recluye en su casa.
- De 1968 a 1977: los Beach Boys han perdido el tren de la psicodelia y son vistos como símbolos de conservadurismo, tanto musical como político. Brian, cada vez más inestable mentalmente, pierde casi todo interés por la música y sólo escribe canciones de vez en cuando. Su participación en los discos de este periodo es mínima. Sin embargo, el grupo sale adelante gracias a las canciones que permanecían inéditas tras el fiasco de Smile. Carl y Dennis Wilson han asimilado el estilo de su hermano mayor y, a trancas y barrancas, consiguen editar algunos trabajos dignos como Sunflower (1970) o Surf's Up (1971).
- Desde 1978 hasta hoy: Mike Love se hace con el control del grupo y Brian se desentiende por completo. Dennis y Carl mueren en 1983 y 1998 respectivamente. El grupo se embarca en una gira interminable y cada unos cuantos años saca algún álbum de calidad pésima.
Más información:
Air - "Le Voyage De Penelope"
miércoles, 15 de marzo de 2006
Manicura para gigantes
Chan Marshall es una cantautora que bajo el seudónimo de Cat Power ha roto moldes con discazos como What Would The Community Think (1996) o You Are Free (2003), auténticos catálogos de impresiones perturbadas. Para grabar The Greatest (2006) se ha ido a Memphis, y le ha salido un disco de soul muy cálido, pero un poco soso: el punto fuerte de Chan no son las melodías bonitas, y su voz no se presta a esta clase de arreglos inmaculados, con violines y todo. "Hate", un tema que grabó ella sola en el estudio con su guitarra, captura mejor la esencia de su música que ningún otro. The Greatest se escucha con agrado pero, ¿dónde fue a parar la tensión, la mala leche? Pues eso, que la gata se ha limado las uñas y no ha ganado con el cambio.
A Calexico les ha venido a pasar tres cuartos de lo mismo. Son uno de mis grupos favoritos, y por algún misterio su sorprendente adaptación de los sonidos mexicanos y las bandas sonoras de Ennio Morricone nunca suena anticuada. Joey Burns y John Convertino eran la sección rítmica (bajista y batería, respectivamente) de Giant Sand. En la segunda mitad de los noventa decidieron probar suerte y ocupar sus ratos libres grabando algunas canciones. Actualmente, Calexico es un proyecto que les exige dedicación completa, aunque todavía trabajan de vez en cuando con Howe Gelb, líder de Giant Sand.
El problema es que con Garden Ruin (2006), su quinto álbum, Burns y Convertino han renunciado a las señas de identidad que les caracterizan (topicazo al canto), en un incomprensible acercamiento al rock alternativo. En otras palabras, sus temas ya no traen a la mente imágenes borrosas de desfiladeros y pueblos de mala muerte, sino de adolescentes tumbados en su dormitorio entre posters de Death Cab For Cutie. Y eso es bastante triste.
Con esto no quiero decir que The Greatest o Garden Ruin sean malos discos, ni mucho menos, pero sí me parece que quedan por debajo del listón que tanto Cat Power como Calexico se habían puesto hasta ahora. O eso, o mi sistema de comprensión auditiva ha quedado averiado después de tanto escuchar a King Crimson.
Bob Mould - "Vaporub"